Beatriz Sanz Herrero es ribereña. Nació en Fuentespina y vive en Aranda de Duero. Seguro que su imagen suena a muchos, porque es periodista y trabaja en nuestra televisión local. Pero también es escritora. Se acaba de embarcar en la aventura de publicar un libro, nada más y nada menos que de prosa poética, en el que las novedades no son pocas. Con ella hablamos este domingo.
- ¿Qué es escribir para ti?
-Es un momento íntimo de conexión con una misma. Es un confesionario en el que vuelcas lo que sientes o imaginas las cosas que te gustaría que ocurrieran. En definitiva, es un momento de disfrute y abstracción.
- ¿Cómo nace esa afición?
- Nunca me había parado a pensar de dónde viene o por qué escribo. Supongo que desde pequeña. En mi colegio, el CRA Riberduero, mi profesora Tere siempre tuvo claro que acabaría escribiendo algún libro y que sería periodista. Siempre me decía “te veré en la tele y guardo tus poemas y cuentos para cuando seas famosa”. Yo me reía, y al final me ha visto en la televisión local, donde trabajo actualmente, y tiene un libro escrito por mí, me hace mucha ilusión. Además, me he encontrado con poemas que regalaba de pequeña a mi tía Maricarmen o a mi madre. Más cerca en el tiempo, la pandemia fue un momento muy intenso en el que escribí bastante.
- ¿Cómo se crea “Constelaciones en tus pestañas”?
- Nace de la recopilación de varios textos que tenía guardados en notas en mi teléfono. Hace un par de años pensé en publicarlo en mis redes sociales animada por mi hermano. Le pasé un vídeo montado con el móvil y me dijo que tenía que ver la luz. A raíz de eso mis padres también me preguntaban sobre cuántos textos tenía, cómo era, etc. y me decían que lo enviara a alguna editorial. Lo hice finalmente sin contárselo a nadie, ya que creía que no iba a obtener respuesta. Un mes más tarde me contestaron y me dijeron que querían una reunión editorial y desde ahí todo ha ido rodado. No me lo había planteado, así que lo recibo como un regalo.
- “Constelaciones en tus pestañas” son intrusiones al amor, al desamor y al autoconocimiento. ¿Por qué esas tres partes?
- Al final es un tema recurrente por el que todo el mundo pasa y se ve reflejado. Decidí hacer estas separaciones para que tengan una línea narrativa continua. Pero no solamente hablo de un amor romántico en lo que a una relación de pareja pura y dura se refiere. También está el amor hacia una madre, una abuela o el amor que vives en una amistad. En el autoconocimiento son textos más reflexivos y en el capítulo de desamor hay decepciones, algo que todo el mundo ha sentido en alguna ocasión.
- No hay muchos poemarios, yo no conozco ninguno, que incluyan enlaces a los audios de los poemas. Y narrados por su autora. ¿Por qué tú has querido ofrecer tu voz a los que también son tus lectores?
- Porque creo que termina de dar sentido a cada poema. Se crea un momento íntimo con el lector en el que puedo terminar de transmitir todo lo que quiero decir con cada verso con otros recursos, el ritmo, las pausas, o incluso las sonrisas que también “se oyen”. Además, soy consciente de que hay gente que dice que no sabe, o que no le gusta leer poesía, a la que le puede interesar este formato. Me ha sorprendido saber que hay niños que están empezando a leer, que utilizan los audios para seguir cada texto. ¡No me lo esperaba y me hace mucha ilusión!
- ¿Es este poemario biográfico? ¿representa cómo eres tú?
- Hay sentimientos y vivencias que sí que son biográficas pero otras muchas son imágenes que vienen a mi mente y me parecen preciosas. Por ejemplo, en el poema “Cuando fuimos lienzo” hago referencia a la pintura, y no tengo ni idea de pintar, o en el poema “Farolillos” hablo de Roma y la Sorbona y son lugares que no he visitado, aunque me encantaría. Sí que representa como soy yo en cuanto a que tengo mis inseguridades o debilidades. También me han decepcionado. Hay muchos poemas que muestran a una mujer fuerte y con carácter, además de muy sensible. Creo que puede describirme muy bien.
- Tu primer paso para darte a conocer ha sido para un poemario. ¿Directamente te embarcaste en la poesía o tienes otros trabajos que aún no han visto la luz?
- He seguido escribiendo y tengo algún texto más, pero porque siempre lo he hecho, sin llegar a pensar en hasta dónde iban a llegar o para qué iban a servir. Ahora todo esto me ha animado y he empezado a plantearme escribir algo más. Me gustaría pasarme a la novela, que al final es el género que más consumo, pero creo que poder publicar un libro requiere de mucho esfuerzo, tener “duende” y una pizca de suerte, por lo que no quiero dar nada por hecho.
- El pasado mes de abril conocíamos que ganabas el segundo premio literario Art de Troya. ¿Qué ha supuesto para ti?
- Una sorpresa enorme. Cuando llegó el momento de dar los datos para la biografía de mi libro veía ejemplos y todos eran ganadores de algún concurso o finalistas de algún certamen y yo no tenía nada. Entonces vi que este concurso ponía en marcha su primera edición y me lancé a escribir una historia: “El violín de Slab City”. No me esperaba conseguir ese segundo premio que me cae como si hubiera sido el primero. Me hizo una ilusión enorme y me ha animado a presentarme a otros concursos.
-Eres de Fuentespina, sólo te fuiste para estudiar la carrera de periodismo a Valladolid, pero volviste a trabajar a tu tierra. ¿Estás contenta con tu decisión?
- Sin lugar a dudas. Reconozco que, en la universidad, y estudiando Periodismo, pensaba en Madrid como el lugar en el que poder desarrollar mi carrera. Pero, en un sector en el que siempre te dicen que hay mucho paro, yo encontré trabajo “en casa” un mes antes de terminar la carrera, así que me gradué y he estado trabajando desde entonces de lo mío. Me encanta el ambientazo que hay en Aranda, soy feliz saliendo a tomar unos vinos el sábado. Me he instalado aquí y he podido comprarme un piso. Son cosas que igual alguien con mi edad (29 años) no puede permitirse en Madrid. No sé qué me deparará el futuro, pero nunca huiría de La Ribera. Si algún día me voy será por otros motivos.
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