"Si necesito intimidad, acudo a la pintura. Si necesito relacionarme, acudo a la música. Si necesito hablar con Dios o con los dioses, acudo a la escritura"

Silvia Flechoso es la joven arandina que está despuntando en diversas facetas artísticas. Supimos mucho de ella cuando en el Art Madrid 2021 Contemporary se expuso su cuadro “La Piedad” con la presidenta de la comunidad de Madrid como Virgen y el cantante español C. Tangana como Jesucristo. Además de la pintura es cantautora y ahora conocemos que también escribe. Con ella nos sentamos este domingo.

 

  
 
 
 
 
 
 
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- Comencemos por tu faceta como pintora. El cuadro “La Piedad” que presentaste en el Art Madrid 2021 Contemporary con la presidenta de la comunidad de Madrid como Virgen y el cantante español C. Tangana como Jesucristo dio mucho que hablar y te dio a conocer como pintora. ¿Ha supuesto para ti un punto de inflexión?

- El cuadro de La Pietà en cierto modo sí ha supuesto un punto de inflexión en mi carrera, ya que me ha dado una visibilidad y me ha ubicado, por así decir, en el mapa del panorama artístico y me siento muy agradecida por ello.

No obstante, soy consciente de que es simplemente un paso más del largo recorrido que queda hasta llegar a dónde yo quiero llegar. Y para llegar ahí se debe ser humilde, tener paciencia y seguir trabajando mucho y muy duro todos los días.

- No son sólo esos dos personajes, ya que en tus pinturas plasmas a muchos actuales…

- En mis pinturas plasmo personalidades que suelen tener un gran impacto social, y las elijo a ellas porque me resultan casos de estudio fascinantes. Cómo una persona es capaz de mover la conciencia de millones de personas en el planeta, cómo una persona es capaz de influir sobre la  voluntad y, por ende, las acciones y, en definitiva, la vida de millones de personas en un territorio o en todo el planeta.

No juzgo a quien retrato. No es esa mi función. Mi función es dirigir la mirada del espectador a un punto que requiere atención.

Estas personalidades que mueven masas son puntos que requieren atención, nos están enseñando algo, nos están revelando algo de nosotros mismos y, tanto si nos gustan como si no, tanto si las amamos como fanáticos, como si las odiamos como fanáticos, siempre tienen para nosotros una lección que debemos aprender.

- ¿Qué revelan?

- Me fascina que existan seres que mueven millones de vidas con lo que hacen y son, y yo invito al espectador a que caiga en la cuenta de esta fascinación y se haga preguntas, como si mi cuadro fuera un espejo y le devolviese aquello que sale de su boca y pensamiento en forma de imagen, para que con ello se reformule a sí mismo y se dé cuenta de quién es y de qué le falta o que no le falta, qué le duele, qué necesita, qué le mueve.

Que sean actuales tiene que ver con el momento en el que yo vivo. Los temas universales son eternos y son los que yo trabajo.

Me interesa el símbolo que contiene la enseñanza viva acerca de nuestra naturaleza con cuestiones que nos apelan desde hace miles de años, remontándonos incluso a los inicios de la humanidad. Las cuestiones circunstanciales son efímeras y no me despiertan tanto interés porque el arte debe ser eterno. Sin embargo yo vivo en el siglo XXI y visto estas cuestiones eternas con ropajes de mi época, del mismo modo que lo hizo Caravaggio en la suya o Piero de la Francesca. Además de esto cada una de estas personalidades es en sí es un símbolo vivo que abre ese espacio infinito de reflexión que yo pretendo abrir al espectador.

- ¿Qué pintores son lo que más te gustan?

- Desde pequeña mi gran referente fue Leonardo. Recuerdo mirar de niña al techo de mi habitación pensando que, si él era humano, cualquier humano con propósito y compromiso podría llegar a ser un gran artista.

A Tiziano y Velázquez los descubrí más tarde. Admiro a Tiziano por su elegancia y a Velázquez por su ejecución certera y sobria. En la pintura me gusta lo sobrio. Es un carácter muy castellano.

Fra Angelico me dejó fascinada cuando lo vi por primera vez directamente: una pintura del Renacimiento temprano con unos colores y una luz completamente modernos, completamente pop, completamente del siglo XXI. Picasso no me gustaba antes de verlo en la realidad. Cuando vi en vivo su pintura comprendí todo. Me gustan las ideas de Baltus, pero su ejecución a veces me da asco. Me gusta Malévich y su cuadrado negro. Estoy enamorada de Bacon. Duchamp es una bisagra molesta y maravillosa, un antes y un después ineludible. Con Hirst tengo una relación de amor odio, como con Koons, Murakami y Cattelan. Ai Weiwei también me suscita sentimientos contradictorios. Amo a Marina Abramovic.

Estos son unos pocos, no podría tampoco nombrar la interminable lista de artistas a los que admiro junto con los sentimientos que me producen.

- ¿Es quizás el relato lo que prefieres?

- Yo hablo de las estructuras, principios, números, geometría, ideas y lo presento envuelto en los ropajes de la figuración. Lo que propongo es un modelo metafísico. Hay un relato detrás siempre, pero es el mismo: el de cómo se originó todo esto, el de cómo nos transformamos, el de cómo regresar al origen, el de cómo regresar a nosotros. El de cómo transformar la oscuridad en luz.

Aprovecho para invitaros a seguir mi trabajo pictórico aquí:

Instagram:

https://www.instagram.com/silviaflechoso/

Web:

https://silviaflechoso.com/-

- No has dejado tu faceta musical, comenzaste a los 15 años tocando en grupos de heavy metal, punk y psichobilly como guitarrista o cantante. Hace algunos decides emprender tu carrera en solitario con el seudónimo The Oro. ¿Qué tal te va?

- En 2017 comienzo en solitario como Silvia Flechoso, The Oro es más reciente. No tenía mucho dinero en aquel momento y daba conciertos con la guitarra por Madrid.

 

 

Algunas de las canciones que presento con The Oro son de aquella época. The Oro es un trabajo que me hace mucha ilusión estar sacando a la luz porque siempre me encontré con el obstáculo de la producción en estudio. Es el primer disco que hago en estudio en solitario.

Son composiciones con una gran carga simbólica y que, aún siendo consciente de que mucha gente no entiende las letras, porque así me lo expresan, es más una deuda que tenía yo conmigo misma y con estas creaciones que abarcan un periodo, desde la canción más antigua que puede haber en el repertorio hasta las más actual, de siete años.

Estoy disfrutando mucho del proceso de entregarlo al mundo, a pesar de la cantidad de trabajo que supone que prácticamente todo, desde la creación y producción de la música, hasta los vídeos, sea autoproducido, exceptuando el maravilloso trabajo que hicieron mis productores: Alberto García González, Esperanza Nogales y Dani Marx en Moba Studios, con el material que les lleve allí.

Estoy abierta a sorpresas con este trabajo aunque soy consciente de que no es una música ni una temática que conecte con un público masivo. Pero me siento feliz de que esté viendo la luz y de estar entregándolo al mundo. Era algo que quería hacer desde hace mucho tiempo.

- ¿Cómo podrías definir la música que compones, tocas y cantas?

- The Oro es un trabajo en el que fusiono progresiones de acordes de flamenco, ritmos de trap y reggaetón con electrónica. Gran parte del repertorio nace de poemas, algunos míos y otros de otra persona, y guitarra española, que después han sido llevados al programa de producción adoptando ese sonido que tienen actualmente.

- ¿Y sobre la temática?

- Está muy relacionada con la que trato en mis cuadros, qué tiene que ver siempre con la trascendencia del ser humano: su parte espiritual, religiosa, mística, mágica... Narrados desde el símbolo. Utilizo el símbolo como puerta entre ese mundo espiritual y el mundo físico desde el que contempla el espectador. El símbolo actúa como bisagra entre estos dos mundos.

La alquimia, que cuenta la historia como el plomo se transforma en el divino metal, en el oro, es la historia vivimos cada uno de nosotros, cada día, cada instante, en el que tenemos que estar constantemente transformando nuestro plomo, nuestra densidad, en finísimo oro. Es el proceso de alumbrar nuestra sombra.

De todo esto hablan mis canciones. Son una invitación a tomar la antorcha que hay en cada uno de nosotros y adentrarnos en nuestro interior, donde siempre encontraremos pasajes sombríos, venciendo el temor para descubrir quiénes somos realmente y qué hemos venido a hacer aquí, que es la consecuencia de lo anterior.

Y, por cierto, podéis descubrir, seguir y apoyar este trabajo aquí:

Spotify:

https://open.spotify.com/artist/3Ic7yBzDeYnXEzyz5DyQP8

YouTube: https://www.youtube.com/channel/UC4757pwwZlc6ZCNerjySvHQ?sub_confirmation=1

Instagram:

https://www.instagram.com/theoroofficial/

Web:

https://theoroofficial.com/

- Religión y sexo son dos temas que se repiten tanto en tus vídeos como en tus cuadros. ¿Qué es lo que te lleva a ello?

- La religión y el sexo están íntimamente ligados. Religión significa re-ligare, volver a unir, y en el sexo, a un nivel físico, se practica la unión a través del cuerpo.

El sexo es simbólicamente el acto de consumar algo. Es simbólicamente el acto transformador. Cuando una llama arde en el pábilo y consume el sebo que transforma en luz, eso es el sexo. Crear es un acto sexual, interactuar con el mundo y con nuestros semejantes es un acto sexual. Vivir es un acto sexual. Todo en definitiva es un acto sexual. Transformar la oscuridad en luz es un acto sexual.

A su vez, todo acto te conecta con el otro, y en el otro descubres a Dios, que no es sino el reflejo de ti mismo. Para la religión hay varias vías, y no me refiero a los diferentes credos que hay en el mundo. Los diferentes credos que hay en el mundo proponen técnicas diversas de llegar al mismo fin, que es la religión, es decir, volver a la Unión. La vía interna contempla la meditación. La vía externa, el sexo. Pero como es dentro es fuera. Así la meditación es un acto sexual y el sexo es un acto meditativo. Ambas son la misma cosa. La vida participa de eso mismo. La vida es eso mismo: Es el acto sexual consistente en la meditación sobre Uno mismo. Es el acto sexual consistente en la meditación de Dios sobre Sí mismo.

Si quieres vivir plenamente tienes que estar practicando sexo con la vida constantemente desde un estado meditativo. Y ahí vas a encontrar la religión. Lo que me lleva a ello es alcanzar el pleno conocimiento de mí misma e invitar al espectador a transitar esa vía.

 

Último vídeo de The Oro

 

- Videos que también diriges y realizas tú…

- Los vídeos los dirijo y los realizo yo, sí. Y los podéis ver en YouTube No me considero ni de lejos una experta. De hecho, ni siquiera tengo cámara de vídeo. Pero como era algo que había que hacer para sacar las canciones y, después de ver el trabajo que le hicieron a unos amigos por bastante dinero, yo pensé: esto puedo hacerlo yo mejor. Así que, ni corta ni perezosa, cogí la cámara que empleaba para fotografiar mis cuadros, busqué la función de vídeo, que no la había usado en mi vida, y me puse a hacer el primer videoclip, el de Cantata Dionisíaca.

 

 

Así surge el tema del vídeo, que, durante mucho tiempo no me resultó, ni de lejos, atractivo como práctica artística. Pero ahora estoy descubriendo su poder, y me sorprendo mucho cuando oel resultado de todo ese trabajo.

También era la primera vez que utilizaba programas de edición de vídeo. Pero todo es ponerle voluntad, trabajo y paciencia, para que dé resultado. Mi primo, Lucas Fernández, que tiene una sensibilidad para la fotografía y el vídeo muy especial, me echó una mano con el primer vídeo, y también mi hermano, sobre todo al principio, me ayudó muchísimo para aprender sobre edición.

- ¿Para cuándo el primer disco?

- He ido sacando temas de manera individual, y ya anuncio que el lanzamiento del disco será dentro de un par de meses, como para mayo o junio.

- Y escribes poesía. ¿Has publicado algo?

-Tengo escritos dos libros que de poesía inéditos que espero publicar pronto.

- ¿Hay algo que hagas en el ámbito artístico que aún no sepamos?

- Hay algunas cosas que practico en secreto, pero parte del placer que me producen reside precisamente en mantenerlas en secreto.

Tengo ambiciones en el ámbito artístico. A más largo plazo. La arquitectura es una de ellas. A mí me gustaría dominar plenamente todas las artes, me gustaría ser un artista total, una renacentista en el siglo XXI.

- ¿En qué perfil tés encuentras más cómoda: pintura, música, escritora…?

- Esta pregunta es algo angulosa, tan angulosa como el triángulo que forman estas tres: pintura, música y escritura. Amo a las tres por igual, son artes, pero los frutos que recojo hoy tienen que ver con la siembra, con el tiempo y la dedicación que he invertido de manera desigual en unas sí y otras no tanto. Creo que cada cosa tiene su momento. Que aunque conviene cultivar los talentos de manera equitativa, de forma que todos los días dediques un poquito a cada uno, llega un momento vinculado a la vida profesional en el que tienes que arrancar primero un coche, después otro, y después otro. Pero no puedes arrancar todos a la vez. Arrancas primero uno, sin dejar de cultivar los otros. Y cuando ese está arrancado y camina más o menos solo, arrancas el siguiente.

Cómoda me siento en relación a lo que necesito en cada momento. Si necesito intimidad, acudo a la pintura. Si necesito relacionarme, acudo a la música. Si necesito hablar con Dios o con los dioses, acudo a la escritura.

- Vives en Madrid, ¿qué tiene Madrid que no tiene Aranda?

- Madrid es la capital de España y, a pesar de que quizá no tiene la tranquilidad que podemos encontrar en Aranda con su vida sosegada y sus paseos por la Ribera del Duero, tiene el inmenso abanico de oportunidades que ofrecen las capitales, así como una energía muy dinámica que me genera presión y a la vez me estimula. Todo se mueve y se mueve rápido.

- ¿Te gustaría establecerte aquí?

- Amo mi tierra, y creo que Aranda es perfecta para alguien que elige una vida sosegada tranquila, en conexión con la naturaleza, la belleza de los paisajes o relacionarse con la gente de tú a tú.

Pero en este momento de mi vida yo necesito el reto que me plantea la capital, el sobreesfuerzo que implica superar cada día ese reto, que es a su vez la gasolina y el tiburón en la piscina que me mantiene fresca, activa y en constante evolución para alcanzar las metas que me propongo lograr.