Todavía se puede visitar, hasta el 23 de marzo, la exposición que el artista arandino Julián Valle protagoniza en el Museo de Zamora. Bajo el título “El tejido en el mundo”, esta muestra temporal acoge pinturas, dibujos y objetos tridimensionales del autor.
Mediante disciplinas y enfoques diversos, el autor profundiza en una de las constantes de su trayectoria, el territorio y su transformación cultural por las comunidades humanas que lo habitan. En esta ocasión, el interés se centra en un paisaje histórico concreto, los santuarios y eremitorios rupestres altomedievales, espacios religiosos con los que el artista se siente conectado espiritualmente y con los que establece un vínculo íntimo.
El Museo de Zamora acoge el resultado de esta sugerente reflexión y propicia el encuentro con algunas obras pictóricas de su colección histórica que protagonizan anacoretas, ermitaños y ascetas. Procedentes de las comunidades religiosas que los procesos desamortizadores del siglo XIX suprimieron y origen de los museos provinciales, ofrecen otra lectura de la conexión espiritual y privilegiada del ser humano a través de un paisaje de renuncia material y despojo de todo lo que es superfluo. La diferencia cultural y cronológica de ambas propuestas, una actual y otra barroca, plantea sin embargo una sorprendente afinidad conceptual que relaciona la historia, la naturaleza y el retrato interior.
“Es una iniciativa de la dirección del Museo que toca la fibra íntima de mis obras”, explica Julián Valle, señalando que “por primera vez hay un encuentro entre éstas que presentan escenarios y rastros -los escasos restos materiales de quienes habitaron estos lugares- y aquellos que eligieron retirarse a estos desiertos".
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