“1661+161+202= 2024. Todo entero positivo es suma de tres capicúas”. Esa es una de las demostraciones que realizó el matemático arandino Javier Cilleruelo Mateo al que hoy se le ha rendido homenaje con el descubrimiento de una placa en su recuerdo, con esta premisa inscrita en ella. Una placa que ha sido descubierta por su viuda, Estrella, junto el alcalde de Aranda de Duero, que se ha instalado en el jardín que se encuentra en el inicio de la avenida El Ferial, justo al lado del colegio Castilla y muy cercano a otro colegio, el Vera Cruz. También está próximo al lugar donde vivía el matemático en su pueblo adoptivo, Aranda de Duero, al que llegó siendo muy pequeño, la plaza de San Antonio.
Un problema clásico en la teoría de los números, el de la suma de tres capicúas para dar un número entero, que él demostró siendo profesor de la Universidad Autónoma a la que llegó cuando tenía 17 años. Un pequeño ejemplo de la importancia que este arandino, fallecido en 2016 a los 55 años a causa de una enfermedad, tuvo en el ámbito matemático a nivel internacional. Resolvió problemas importantes, como el de los conjuntos de Sidón en colaboración con Carlos Vinuesa e Imre Ruzsa. Recientemente había resuelto otro problema en Teoría de Números que llevaba décadas como incógnita, en colaboración con Florian Luca. También publicó varios libros de divulgación matemática.
Con el descubrimiento de la placa, Aranda quiere rendir homenaje a este arandino que profesionalmente llegó muy lejos, algo de lo que no eran del todo conscientes muchos de los que le conocían. Sus compañeros de la Universidad Autónoma y sus amigos fueron los que pusieron en marcha, al poco tiempo de fallecer, una solicitud para lograr este reconocimiento que se consigue ocho años después.
Así, Aranda de Duero ha podido contar con la presencia de numerosos profesores e investigadores matemáticos. Antonio Córdoba es el profesor que dirigió su tesis doctoral. Él ha estado en el acto y ha destacado la humildad de Javier Cilleruelo y la naturalidad con la que vivía el matemático, amante de la fiesta y la tradición. Recuerda que durante un curso que dio en el municipio cacereño de Jarandilla de la Vera, donde eran fiestas, Javier sufrió un pequeño accidente por participar en la suelta de vaquillas.
Le gustaba también la música, ha destacado su hermano, explicando que desde muy pequeño se inició con la guitarra. “Tenía muy buen oído y en las reuniones familiares siempre acabábamos todos cantando”, comentaba.
Y seguía siendo amigo de sus amigos. En la Casa de Cultura, donde antes del descubrimiento de la placa se ha hecho un acto de homenaje, se ha contado con Fernando Lázaro, Juan José Misis y Rafa Mikel quienes han coincidido en la cercanía que siempre tuvieron con Javier Cilleruelo, quien regresaba siempre a su Aranda para encontrarse con ellos y su familia.
Por su parte, el alcalde de Aranda ha indicado que gracias a sus amigos y a sus compañeros “hoy estamos aquí”.
Y los arandinos por fin podremos explicar a los que nos pregunten quién fue Javier Cilleruelo, una figura renombrada en las investigaciones matemáticas, pero al mismo tiempo un paisano cercano, amigo de los suyos y amante de su tierra.
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