Sandra Román Peñalba es redactora en Radio Televisión Española y, aunque es de la provincia de Barcelona, tierne raíces ribereñas. Ella es también la directora, guionista y productora de su ópera prima en el mundo del cine, el largometraje “Mujeres calvas”. Y este se podrá ver este sábado 19 de abril a las 17:30 en el Teatro Municipal de Huerta de Rey. Además, se contará con un coloquio con la artífice.
“Mujeres calvas” es el primer documental que rompe el tabú que pesa sobre las mujeres con alopecia. Lo hace a través del relato de siete mujeres. Su relato presenta historias vividas de forma paralela y en soledad hasta que un día se conocieron. Ellas hablan desde lo más íntimo para explicar la caída, la búsqueda desesperada por recuperar el pelo, la ocultación o el acoso, pero también muestran su fortaleza por cambiar la forma en que hasta ahora se vive esta condición.
La alopecia femenina es un tema oculto del que nadie sabe y nadie habla. Siete mujeres calvas rompen ese silencio por primera vez. Sus testimonios se convierten en un viaje sobrecogedor que nos lleva desde el dolor más profundo hasta la alegría. Todas ellas caminan hacia la libertad en una sociedad en la que la presión estética les sigue obligando a esconderse.
Idoia quiere salir del armario. Es calva desde que tiene un año, pero su entorno no lo sabe. A Julia la echaron del trabajo el día que se quitó la peluca. Jihane tiene una doble vida. A Montse se le cayó el pelo en 24 días. Cuando Núria vivía en la calle solamente poseía su pañuelo. A Claudia y a sus padres nunca les advirtieron de los efectos secundarios del tratamiento.
Todas creyeron ser la única calva en algún momento de su vida. Parece imposible pensar que a tu lado hay otra mujer ocultando ese secreto, pero más aún que sean miles en todo el mundo. Es como si durante siglos hubiera existido una norma social no escrita por la que se prohibiera que las mujeres fueran calvas.
El proyecto, cuenta Sandra Román Peñalba, nace de la necesidad personal de visibilizar cómo esta condición atraviesa la vida de miles de niñas y mujeres. “Ninguna niña o mujer debería vivir este proceso desinformada y mucho menos sola. Es inevitable que el dolor y la angustia invadan todo cuando llega la alopecia, pero ese sentimiento no debería acompañarlas durante toda una vida. Es importante mostrar que no hay nada de lo que avergonzarse o esconderse”, comenta.
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