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La mitad del trabajo ya se ha llevado a cabo. Ahora queda rematar la faena en la gran final de la fase de ascenso a ASOBAL. Y sobre todo recuperarse de un durísimo e intenso partido ante Caserío Ciudad Real que se resolvió por la mínima en favor del Tubos Aranda. 20-21 reflejó el marcador final del Pabellón el Plantío y en ese momento se desbordó el éxtasis entre los más de un millar de seguidores del equipo ribereño desplazados a la capital del Cid. Este domingo pasará lo que tenga que pasar pero la comunión entre el equipo y la afición amarilla es digna de admirar. Entregados a la causa recibiendo de forma multitudinaria al autobús a su llegada, dejaron patente el sentimiento que rodea a este Villa de Aranda que está a un solo paso de hacerles tremendamente felices. Más si cabe cuando se experimentó un sufrimiento brutal durante todo el partido ante Caserío. Un encuentro marcado por la tensión, la falta de continuidad en el juego, la intensidad defensiva, y los problemas en ataque para ambos conjuntos.
Una guerra de guerrillas auténtica donde cualquiera pudo llevarse la victoria .Los nervios atenazaron al Tubos Aranda ya de inicio. Costó muchísimo anotar en la portería de Giovagnola y en el minuto 10 el marcador reflejaba un paupérrimo 1-3 favorable al conjunto ciudarraleño. Mejoró el cuadro de Javi Márquez con la salida de Pinillos en la primera línea y eso se tradujo en un volteo en el marcador hasta colocarse 8-6 por delante. Al descanso la ventaja arandina se quedaba en 10-9 evidenciando que los ataques estaban siendo espesos y poco efectivos. Muchas faltas en ataque y demasiadas pérdidas tanto en transición como en estático marcaron esos primeros 30 minutos en uno y otro bando.
Expulsión de Lumbreras y lesión de Enebral
La segunda mitad arrancó con la tercera exclusión del especialista defensivo de Caserío y eso conllevó la tarjeta roja. Perdía el equipo de Santi Urdiales una pieza importante pero pocos minutos después llegó la preocupante lesión en la rodilla de Víctor Enebral que le impidió continuar en la cancha (fue la noticia triste de la noche) y parece que su participación en la final está casi descartada también.
Caserío reaccionó de la mano de Cánepa y Torres para colocarse 14-15 por delante. Pero el Tubos Aranda supo manejarse bien en ese tramo peligroso de partido y con tres goles de Dalmau volivó a coger la delantera en el marcador. Sin embargo no pudo despegarse de su rival y un gol de Palacios puso las tablas (18-18) a falta de diez minutos. El partido se encaminaba hacia un final de infarto y de emociones fuertes donde los detalles iban a decidir el billete clasificatorio. Y así fue. El ataque del Tubos Aarnda encontró a Rogonovs para seguir comandando el partido pero un gol de Pérez de Inestrosa puso el empate a 20 a menos de un minuto para la conclusión. Afortunadamente en el último ataque acertó Dalmau con un disparo certero a la escuadra de Caserío y el pase a Torres no llegó a buen puerto por la buena defensa de anticipación Final, éxtasis, alegría desbordada, y objetivo cumplido. A la gran final donde espera el anfitrión, el UBU San Pablo, que en la primera semifinal derrotó con mucha autoridad a Cisne (32-20).
Toca descansar y seguir soñando. La ASOBAL está a sólo 60 minutos. El desenlace a partir de las 12 del mediodía en un Plantío que se teñirá de amarillo y rojo, los colores de los dos equipos burgaleses. Lo que está claro es que un equipo de la provincia militará la próxima temporada en ASOBAL. Y podrían ser dos porque el perdedor se enfrentará a Cangas en la eliminatoria por la promoción en el mes de junio.
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