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Día especial que quedará en el recuerdo de la historia del Villa de Aranda. Había que ganar para dedicarle la victoria a Santiago Manguán en la que va a ser su “segunda casa” a partir de ahora. El Pabellón, ya con la placa del legendario deportista ribereño colocada en la esquina del recinto, registró una gran afluencia de aficionados que disfrutaron del mejor partido de la temporada y la consiguiente clasificación matemática para el playoff por el ascenso. El Tubos Aranda pasa con dos puntos, una vez que UBU San Pablo también ganó al Ikasa por 27-28 en Madrid. Los dos equipos burgaleses se unen a Novás y Nava como el cuarteto que representará al grupo A en la siguiente fase. El único punto negativo de la amplia victoria ante el Unión Financiera Oviedo por 34-18 hay que otorgárselo a la preoupante lesión de Guillermo Fisher. El lateral argentino vio como un jugador se le vino encima con tan mala fortuna que le cayó sobre su rodilla. Tuvo que salir en camilla y ayudado posteriormente de una muleta. Habrá que esperar a las pruebas médicas pertinentes para ver el alcance de la lesión pero en el club hay preocupación lógica.
El Tubos Aranda comenzó con la ausencia de Javi Domingo, sancionado y que no pudo actuar frente al cuadro ovetense. También Alberto Pinillos arrastraba problemas por un golpe en uno de los dedos de la mano, y se prefirió reservarle de inicio. Víctor Enebral y Alberto Montiel cogieron la responsabilidad de dirigir al equipo y cumplieron con creces. El partido arrancó con un parcial peligroso de 1-3 pero rápidamente reaccionó el Tubos Aranda recuperando la iniciativa para doblar a su rival en el minuto 10 (8-4). Con un Magnol estelar en portería y una excelente labor defensiva, el cuadro de Mariano Ortega metió la directa obligando a Ricardo Margareto a solicitar dos tiempos muertos antes del minuto 18. Oviedo estaba totalmente superado y cometía muchos errores ofensivos. Al descanso se llegó con ventaja clara para los locales por 20-11.
Defensa sólida y repleta de ayudas
La segunda parte siguió por los mismos derroteros. Más allá de las individualidades, el Tubos Aranda fue hoy un bloque coral donde el esfuerzo y la concentración defensiva, más la aportación ofensiva para suplir bajas y ausencias, se convirtieron en las principales arma de los amarillos. Y cuando el conjunto funciona, las individualidades también brillan en gran número. Otro dato para el recuerdo lo puso el juvenil Adrián, anotando sus dos primeros goles en la División de Plata. Ahora toca finalizar la primera fase en Alcobendas y preparar ya el playoff de ascenso, con muy pocas opciones reales de pelear por el retorno a ASOBAL, pero con el objetivo claro de seguir creciendo ante los mejores equipos del grupo B.
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