En un momento en el que el viñedo de la Ribera del Duero inicia su envero con unas diferencias fenológicas visibles, el consejo regulador de esta denominación de origen aprueba las normas de vendimia para la próxima campaña. Un documento normativo que permite establecer condiciones para el control de vendimia y establecer el límite máximo de producción.
Continuarán siendo los viticultores y las bodegas los responsables del autocontrol. Son ellos los que deben asegurar que se cumple la procedencia de la uva, las variedades empleadas, la producción, el estado sanitario o el grado alcohólico entre otras. Eso no excluye que durante la campaña existen controles desde el propio Consejo para asegurar el cumplimiento de la normativa.
Todas las bodegas deberán comunicar al consejo regulador la fecha en la que se iniciará la vendimia y el cierre de la misma, indicando si esta es mecanizada o no. Así, están obligadas a pesar todas las partidas de uva que reciban.
En cuanto a la uva, se exige que la graduación de azúcar sea como mínimo de 11º Baumé (275 gramos de azúcar por litro) para las variedades tintas y de 10.5º para las blancas. Y es la bodega la encargada de realizar la toma de grado en cada una de las partidas de uva, que deberán ser remitidas a la bodega en menos de 15 horas desde su recogida.
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