El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, visitaba el pasado viernes la Ribera del Duero para reunirse con distintos representantes de las bodegas acogidas a la Denominación de Origen. Su objetivo, conocer de primera mano “el enorme potencial” de la zona y profundizar “en las necesidades de los productores vinícolas”.
A ellos les ha comunicado que la Junta de Castilla y León debe brindar “la máxima protección al sector del vino”, al que el vicepresidente ha calificado como un “activo económico y cultural esencial de la comunidad”, pero al que también ha valorado como “pieza fundamental para su posicionamiento internacional”.
“La Junta trabaja para relanzar a Castilla y León como centro capital de atracción de visitantes, y para ello es esencial la potencia del tándem que forman el incalculable patrimonio histórico y la exquisita gastronomía de la Comunidad. Dentro de ese tándem, el vino sobresale como elemento crucial”, ha declarado.
Asimismo, García-Gallardo ha lamentado que “debemos reconocer” que la promoción de este valioso patrimonio “no ha sido suficiente”, por lo que ha garantizado que “trabajaremos mejor para proyectar esos atractivos turísticos de Castilla y León”. Una proyección comercial y cultural que el vicepresidente ha asegurado que irá mucho más allá de las fronteras de Castilla y León “para que nuestra riqueza sea conocida y deseada en todo el mundo”, ha matizado.
El vicepresidente de la Junta ha querido trabajar con los productores vinícolas de la zona de la Ribera del Duero aspectos relacionados con la Comisión de Simplificación, Eliminación y Reducción de Cargas y Trabas administrativas. Un nuevo órgano que trabajará para generar un ordenamiento jurídico cada vez más comprensible y sencillo, de cara a facilitar que muchos más proyectos empresariales se fijen en la tierra.
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