La planta de GSK en Aranda de Duero tiene novedades en materia de mejora del medioambiente y ahorro de energía. Son 6.000 placas solares las que se han instalado en su planta de la capital ribereña. Repartidas en una superficie aproximada de 37.000 metros cuadrados, están distribuidas en dos zonas: en el aparcamiento de la fábrica sobre las marquesinas que cubren las plazas de coches, bicis y motos; y en terreno ubicado al final de la parcela.
Una inversión que supera los cuatro millones de euros, invertidos dentro de la estrategia de sostenibilidad de GSK. Una estrategia que tiene como objetivo, apuntan fuentes de la empresa, “minimizar nuestro impacto ambiental a través de, por ejemplo, la reducción de las emisiones de carbono y realizando importantes inversiones en energías renovables”.
Así, gracias a este “huerto solar” recientemente creado se generarán más de 5.700 mwh al año en energía renovable, lo que supone un 30% del consumo energético actual de la planta y una reducción de casi 1500 toneladas de CO2.
Una actuación que forma parte de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza de GSK, cuyo fin es impactar positivamente en la salud de más de 2.500 millones de personas para finales del año 2030. “Y es que somos una empresa comprometida con la salud de las personas, pero también con la salud del planeta”, señalan desde la planta arandina.
Los objetivos de sostenibilidad ambiental, ahora actualizados, se marcaron en noviembre de 2020 para conseguir tener un impacto neto cero en el clima y un impacto neto positivo en la naturaleza con metas ambiciosas establecidas para 2030 y 2045. “Nuestro proyecto de instalación de paneles solares en la planta de GSK Aranda es una excelente muestra del progreso que estamos consiguiendo en nuestra estrategia de sostenibilidad medioambiental”, terminan diciendo desde la empresa.
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