A sabiendas de que la mayoría de las bodegas que aún no han dado el salto a la digitalización lo hacen por desconocimiento y falta de información, la Federación Española del Vino y la Asociación de Bodegas de la Ribera del Duero (Asebor) han organizado en Aranda de Duero una jornada formativa. El mensaje es claro: “la digitalización no es una opción. Es un tren que como país y como sector no podemos perder”. “Invertir en digitalización es invertir en el futuro de la empresa, ya que reduce costes y aumenta la calidad de los productos”, defiende Alberto García, responsable de Digitalización de la Federación Española del Vino (FEV).
El reto es grande si tenemos en cuenta que el sector vinícola tiene un carácter muy atomizado. “Hay mucha bodega pequeña y salvo excepciones, no cuentan con personal especializado en digitalización. Suele ser el enólogo, el personal de administración o alguien de dirección, muchas veces sin capacidad o tiempo de analizar la información”.
Como experto, su consejo es “perder el miedo”. “Hay que ver la digitalización como una inversión que te dará retorno. Eso es seguro”, garantiza mientras invita a las bodegas a participar en las muchas sesiones formativas que está desarrollando la FEV tanto de forma presencial como digital.
El abanico de aplicaciones es amplio, variado y útil. “Hay soluciones digitales para todo el proceso de elaboración desde el campo, con la agricultura de precisión por drones, hasta la bodega, embotellado e incluso comercialización, comunicación y enoturismo”, anima convencido de que, aunque la pandemia aceleró el proceso, todavía queda mucho por hacer. “Para seguir siendo competitivo hoy hay que innovar y apostar por la digitalización”.
La Federación Española del Vino lleva trabajando al servicio del sector vinícola desde el año 1978. En la actualidad representa el 83% del valor del vino embotellado español, con más de 950 bodegas asociadas en toda España. Su objetivo principal es defender el sector vitivinícola, “un sector responsable y sostenible, motor de desarrollo en muchos pueblos y ciudades pequeñas, símbolo de tradición, pero también de innovación e investigación y una imagen de calidad que refuerza como pocas la marca España”.
En cifras
En datos, según cifras de 2022, España cuenta con 930.080 hectáreas de viñedo y 4.347 bodegas exportadoras de vino que venden en 189 países de todo el mundo, siendo los principales mercados: Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Francia. La actividad de la cadena de valor vitivinícola supone 20.330 millones de euros de valor añadido, el 1,9% del PIB español. Además. mantiene 363.980 empleos (2% del total en España); también el femenino. “En la última década se ha duplicado el número de mujeres jefas de explotaciones vitivinícolas”, destaca.
España cuenta con una amplia red de figuras de calidad reconocidas con 97 denominaciones de origen protegidas entre las que se incluyen denominaciones de origen, denominaciones de origen calificadas, vinos de pago y vinos de calidad. Hay cerca de 150 variedades autóctonas de uva plantadas. Las más cultivadas son: airen, tempranillo, bobal y garnacha tinta. Además, es líder en viñedo ecológico, con 142.100 hectáreas (datos de 2022).
Convencidos de la importancia de dar el paso, la FEV creó hace cuatro años el grupo de trabajo de digitalización, denominado ‘Hub de Digitalización y Vino’. Este grupo está compuesto no solo por bodegas, sino también por empresas IT especializadas en el sector del vino, así como el Ministerio de Agricultura, a través de la Subdirección de Innovación y Digitalización, y la Plataforma Tecnológica del Vino. El objetivo es acelerar y acercar la transformación digital del sector del vino, teniendo sentados en la misma mesa a todos los agentes implicados.
La jornada formativa ha estado coordinada por Asebor, un colectivo que lleva defendiendo los intereses de las bodegas desde el año 2001. Entre sus funciones destacan la representación institucional, la información periódica y actualizada, el asesoramiento, la firma de acuerdos comerciales, servir de plataforma comercial, así como jornadas técnicas y apoyo interasociativo. Además, es una institución reivindicativa con las necesidades del sector como la lucha contra la burocracia.
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