La consejera del grupo Pascual, Sonia Pascual Gómez-Cuétara, y la consejera de Familia e Igualdad de oportunidades de la Junta de Castilla y León, Isabel Blanco, han firmado esta mañana el acuerdo por el cual se establece un protocolo de colaboración entre las dos partes para impulsar la integración de la mujer en los ámbitos laboral y empresarial.
Un compromiso para los próximos dos años, prorrogables a otros dos, que se centra en tres áreas principales, como son la formación de trabajadores en el ámbito de la igualdad en la empresa, el desarrollo de itinerarios formativos y sociolaborales para mujeres del medio rural, y el fomento de la inserción de la mujer en el mercado de trabajo, con especial consideración a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
De esta manera se avanza en el proyecto impulsado por la junta de Castilla y León “Empresas de Castilla y León comprometidas con la igualdad”. Para Isabel Blanco, no sólo se trata de una cuestión ética, sino también estratégica, un factor de competitividad empresarial.
El grupo Pascual afianza así su compromiso, estableciendo la unidad de acción para impulsar la incorporación de la mujer en la empresa. Mientras que la Junta se asume formar en la promoción de la igualdad y la prevención de la violencia de género a los trabajadores de Pascual, la compañía arandina adquiere la obligación de facilitar dicha formación a sus trabajadores. Además, fomentará la reinserción de las mujeres que quieran reincorporarse al mercado de trabajo tras largos periodos de excedencia por cuidados o la integración de aquellas en situación de vulnerabilidad.
Para Sonia Pascual, lo importante es “hablar de habilidades y tal y talento de cada persona, pero agradecemos todo lo que nos sirve para complementarlo”.
“Es importante tener mujeres preparadas y formadas, porque no podemos perder el talento del 50 % de la población “, argumentaba la consejera, agradecida a la empresa Pascual de incorporarse a esta red de empresas comprometidas por la igualdad.
El grupo Pascual cuenta con 2.300 personas empleadas, de las cuales 2/3 son hombres y 1/3 corresponde a mujeres, explica el responsable de personal Joseba Arano. El reto que se marca es no sólo seguir aumentando la presencia femenina, sino hacerlo también en materia de calidad. “Cada vez hay más mujeres que ocupan posiciones de responsabilidad en la empresa”, afirma.
En la fábrica de Aranda de Duero son 1.000 las personas que trabajan. Siendo el centro neurálgico a nivel técnico de la empresa, Pascual tiene especial interés en contratar perfiles de trabajadores, hombres y mujeres, que son difíciles de encontrar, como los especializados en mantenimiento y en control de calidad. A través de convenios la empresa forma a sus propios trabajadores en esas materias, pero también tiene una relación muy directa con los centros de formación profesional de Aranda para conseguir que otras personas lleguen a la empresa. “Necesitamos talento y el talento lo tienen tanto los hombres como las mujeres”, termina diciendo.
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