El pasado viernes, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) anunciaba la reanudación del tráfico de mercancías entre Aranda de Duero y Burgos tras un periodo de quince días en el que el servicio estuvo suspendido debido al descarrilamiento de un bobinero el pasado 10 de abril. Pero hay cortapisas.
Y es que la velocidad en el tramo entre Villamayor de los Montes y Sarracín, en el que el tren descarriló y que se ha reparado, se rebaja, y los trenes que circulen por sus vías sólo podrán hacerlo a una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora en estos 4,5 kilómetros.
Los trenes podrán, por tanto, volver a circular a partir de mañana tras la reparación urgente que se ha llevado a cabo. Unos arreglos que según expertos consultados han consistido en la sustitución de una de cada tres traviesas bibloque por una monobloque.
Y es que las traviesas bibloque tienen el inconveniente de una imperfecta distribución de las cargas verticales por su mayor flexibilidad y menor superficie de apoyo, lo que las hace inadecuadas para zonas de plataforma.
Teniendo en cuenta que los vagones actuales portabobinas son más cortos que los antiguos y concentran el peso, la utilización de traviesas bibloque puede conllevar la abertura de las vías. De momento, las monoblock sólo han sido sustituidas cada tres traviesas, lo que hace necesaria la limitación de velocidad.
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