Las empresas Frutos Secos de la Vega y Uriarte Iturrate que se establecieron en Fuentespina y que el pasado mes de noviembre solicitaron la declaración de concurso voluntario de acreedores tras ver frustrado su plan de expansión, podría venderse finalmente. El grupo Ecolumber que las aglutina ha comunicado al Juzgado Mercantil que tiene una oferta para adquirir esta fábrica.
Así, ha comunicado esta semana a la Comisión Nacional del Mercado de valores que se ha pedido que el juez incorpore a su concurso de acreedores esta oferta; y que su objetivo es mantener la continuidad del negocio y la totalidad de las relaciones laborales.
Las deudas del grupo, al cierre del primer semestre, superaban los 18 millones de euros. En la presentación del informe financiero correspondiente a esos seis primeros meses del año, el grupo hablaba de una positiva evolución de sus negocios, aunque con una cifra de ventas moderada respecto al mismo periodo del ejercicio de 2023.
A pesar de que facturó 9,3 millones de euros, era un 10% menos que en el mismo período del año pasado. Para reducir deuda, la compañía vendió el año pasado, dentro de su área agroforestal, una explotación de nogales para madera en Oropesa (Toledo).
A finales de junio, la junta de accionistas de Ecolumber acordó reducir el capital social con la finalidad de “compensar parcialmente las pérdidas” mediante la disminución del valor nominal de las acciones. Así, se redujo el capital en 6,15 millones de euros (hasta quedar en 13,23 millones), con lo que el valor de los títulos cayó de 0,49 céntimos a 0,30, según consta en un anuncio del boletín del Registro Mercantil (BORME).
En octubre pasado, en una comunicación a CNMV, Ecolumber informó de que la Audiencia de Barcelona había rechazado su plan de restructuración para abordar la deuda, acogiéndose al concurso de acreedores. Ahora el futuro está por conocerse, porque podría solventarse parte del problema con la venta de las instalaciones riberereñas.
Imagen: Google Maps
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