Nazareth Aparicio Antón es una joven raudense de 29 años que acaba de recoger el premio a la Excelencia del Ministerio de Agricultura, en la categoría Innovación en la Diversificación de la Actividad económica del medio rural. Ella y su compañero Samuel Sanz pensaron lo interesante que sería que la Ribera del Duero contase con un criadero de lombrices rojas californianas. Unos años más tarde, el sueño se ha convertido en realidad y se llama Vermiduero.
- Acabas de recoger un premio a la Excelencia que reconoce la innovación en el ámbito económico y a la mujer rural. ¿Qué supone para ti?
- Supone un reconocimiento enorme a nuestro trabajo, un empujoncito que nunca viene de más en estos tiempos complicados. Además ha resultado ser una oportunidad única, no solo para darnos a conocer un poquito más a nivel nacional, sino también para conocer a otras mujeres increíbles con unos proyectos maravillosos.
-Y no estás tú sola, porque tienes buena compañía en el proyecto…
- Desde luego. El proyecto lo estoy llevando a cabo con mi pareja y socio, Samuel. Sin él todo esto no hubiera sido posible, sobre todo porque es el que se encarga del manejo y cuidado de los lechos de lombrices. También ha sido imprescindible para nosotros el apoyo de nuestras familias y amigos y el asesoramiento que nos han ofrecido las dos aceleradoras de empresas de las que hemos formado parte (ADE2020 y Fundación Caja de Burgos).
-¿Qué es Vermiduero?
- Vermiduero es una empresa de Roa donde nos dedicamos a la cría de la Lombriz Roja Californiana con el objetivo de producir humus de lombriz o vermicompost, un abono orgánico de gran calidad. También elaboramos humus líquido, que reúne todos los beneficios del vermicompost, pero con una aplicación más sencilla y efectos más inmediatos.
-¿Es complicado el proceso de cría del lombriz?
-En realidad se trata de dejar tranquilas a las lombrices para que hagan su trabajo, alimentándolas cuando lo requieren. Pero en la práctica, el control de todas las variables que pueden afectar a la calidad del producto final requiere mucha experiencia y conocimiento. Nosotros, después de más de cuatro años, seguimos aprendiendo cada día.
- Estudiaste el grado de Biología, cursaste el máster en Ciencias Agroambientales y Agroalimentarias. Veo que no habéis llegado hasta aquí por arte de magia. ¿Ha sido difícil?
- Bastante, la verdad. Ha sido toda una aventura. Empezamos con muy poquito (con un único lecho, del que hemos obtenido los 700 que tenemos en la actualidad). Nos ha obligado a invertir casi todo nuestro tiempo libre, ya que el trabajo lo hemos estado compaginando con otros a tiempo completo hasta este año. Además, hemos pasado por una época complicada a nivel personal que nos ha dificultado el avanzar con el proyecto. Por eso estamos tan orgullosos de haber llegado hasta aquí, nos lo hemos currado mucho.
-¿Y los resultados?
- Pues vamos avanzando poco a poco pero con paso firme. Hasta ahora nos hemos centrado en multiplicar la población de lombrices y en obtener un humus de la mejor calidad posible. Es ahora cuando estamos enfocando los esfuerzos en obtener ese humus. La gente está respondiendo bien, y lo más importante, están contentos con los resultados obtenidos, así que no podemos quejarnos.
-¿Cómo van las ventas y cuál es el perfil del cliente que os compra?
-Nos compra mucha gente para usarlo en huertos, frutales, viñedo… Es un producto muy versátil, que puede usarse para cualquier tipo de cultivo, incluso ecológico.
-El único proyecto burgalés seleccionado por la Aceleradora de Empresas de la Junta, irrumpís con un premio nacional… ¿Hasta dónde queréis llegar?
- Ahora mismo tenemos varios proyectos en mente que nos gustaría poder llevar a cabo, entre los que se incluye el desarrollo de nuevos productos. Pero todo lleva su tiempo, y ahora mismo lo importante es sortear esta situación de crisis originada por el coronavirus.
-¿Cómo vivisteis el primer estado de alarma? ¿Afectó a la empresa?
- Creo que nos afectó a todos, en mayor o menor medida. La incertidumbre por no saber qué iba a pasar fue bastante dura al principio, además de pillarnos en plena campaña de primavera, y se complicó bastante el poder contactar con clientes y darnos a conocer. En épocas difíciles la gente se vuelve cauta y no se arriesga tanto a probar productos nuevos, aunque también es verdad que el campo no se detiene y hemos conseguido superar la situación bastante bien. Además nos dio la oportunidad de centrarnos más en todo lo relacionado con la web, la tienda online, redes sociales… cada vez son más importantes y está cambiando la forma de comprar por parte del consumidor.
- ¿Y qué hace Nazareth Aparicio cuando no está trabajando?
- Nada especial, la verdad. Sobre todo trato de desconectar y relajarme. Tengo tendencia a pasarme todo el día pensando en la empresa y eso me genera bastante estrés. El yoga me ayuda mucho y trato de practicar a diario.
Nazareth en la entrega de premios de Excelencia. / Imagen facilitada
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