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En plena época de labores de Vendimia y coincidiendo con su Fiesta y el 40º aniversario del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, charlamos con este bodeguero raudense que después de más de cuatro décadas desempeñando un buen número de labores profesionales en Bodegas y Vino Rauda, ha decidido jubilarse. Hoy domingo sus compañeros y amigos le van a tributar un merecido homenaje para agradecerle todos estos años de dedicación en cuerpo y alma a los viñedos, la uva, y el vino. Conocemos un poco mejor su vida a través de esta entrevista.
P. ¿Cómo llegas al mundo del vino y cuánto tiempo de tu vida la has dedicado?
R. Pues fue por un vecino de mi familia, que era bodeguero por aquel entonces, el señor Graciano. Necesitaban un chico para encargarse de la limpieza y el lavado de las botellas y me fichó. Entré a echar una mano y a trabajar en la bodega siendo un chaval, creo que tenía 15 años. Y ahí me quedé hasta ahora. Luego fui haciendo más cosas, algunas relacionadas con la recogida de la uva, la fermentación, el control de las levaduras, el etiquetado, embotellar etc… Han sido más de 40 años en Bodegas y Vinos Rauda. La última cosecha en que participé fue la del año pasado. Ahora he decidido jubilarme cuando estoy a punto de cumplir los 64 años.
P. Cuéntanos un poco el origen de vuestra bodega
R. La bodega se funda en 1956, por lo tanto ya llevaba bastantes años funcionando. El mérito hay que dárselo a unos cuantos cooperativistas que se unen para fundar una de las primeras bodegas importantes del entorno de Roa. Lo más importante de todo es que pertenece a muchos socios, y no sólo de Roa, hay viticultores que nos traen su vino de Valcabado Mambrilla, Villaescusa…. El espíritu asociativo es el que mueve todo el engranaje.
P. ¿Cómo han cambiado los tiempos desde tus primeros años a la época reciente no?
R. Muchísimo. Antiguamente se metía toda la uva y no había casi distinción. No existía la Denominación de Origen Ribera del Duero todavía. La cantidad de uva recogida era incluso superior. Recuerdo años de 10.000 kilos o más. Ahora igual se recoge menos, pero se selecciona mucho mejor y se cuida el producto. Antes se quitaba menos uva. Además predominaba sobre todo el vino clarete o rosado. Luego se fue trabajando el tinto de calidad y se dio un paso muy importante a la hora de comercializar vinos de calidad. La vendimia duraba más días y eran jornadas muy intensas de trabajo, con varios turnos seguidos. Los depósitos eran de hormigón y en la actualidad son materiales mucho más adecuados para la conservación. Ahora, con la modernización tecnológica, el proceso está perfectamente reglado.
P. ¿Cuáles son los mejores vinos que habéis hecho desde que eres bodeguero?
R. Te voy a dar una opinión personal evidentemente. Igual mis compañeros y socios tienen otras preferencias pero a mí me encantó el Tinto Reserva del año 85 y el Musai de Autor del año 2005.
P. ¿Qué supone para ti jubilarte y a qué te vas a dedicar a partir de ahora?
R. Pues echo mucho de menos el trabajo, y a la gran familia con la que he compartido tantos años en la bodega. Pero voy a seguir muy dedicado al campo. Lo bueno es que tengo un pequeño huerto y media hectárea de viñas, que antes cuidaba con prisas y ahora voy a poder dedicarle más tiempo. Me gusta salir y ahora lo haré más a menudo.
P. ¿Qué enseñanza personal extraes de todos estos años dedicados al vino?
R. Las cosas hay que hacerlas bien, sin prisas. No acelerar el proceso, y tener paciencia para conseguir el mejor producto. Las prisas son malas consejeras. Eso lo tengo muy claro y más en este mundillo.
P. ¿Qué tal viene la cosecha de este año?
R. Muy buena. Creo que va a ser excelente según me dicen, aunque va a bajar en cantidad, como es normal por la sequía prolongada.
P. Por último ¿quieres lanzar un mensaje para tus compañeros y socios?
R. La verdad es que son todos majísimos y ha sido un gustazo y un privilegio trabajar junto a ellos y ayudar al crecimiento de la empresa. Han entrado muchos jóvenes con talento e ideas nuevas y eso siempre es bueno para seguir progresando. Poniendo ilusión y ganas de trabajar las cosas van saliendo. Y por supuesto la calidad del producto. Y aquí en la Ribera del Duero tenemos mucho de todo.
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