Antonio Adeliño Vélez es natural de Villatuelda, un pueblo ribereño “de la parte de Roa”, una expresión castiza que le gusta emplear porque define muy bien la pertenencia a un territorio. Desde 1988 vive en Aranda de Duero, donde recala por motivos laborares al ser empleado público, y donde se integra perfectamente por su carácter abierto y activo. El pasado 16 de febrero fue elegido Presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de Santa Catalina a la que pertenece desde hace casi 30 años. Con él hemos querido hablar este domingo
-¿Cuáles son tus recuerdos de cuando llegaste a la asociación?
-Llegué en 1992. Fue el año en que se traslada la sede de la Asociación desde la Avenida de Burgos nº 1 a uno de los bajos de la calle Zazuar, justo debajo de mi casa. Eso, y la amistad con el anterior secretario Feliciano de Domingo, motivaron que comenzara a colaborar con la Asociación de Vecinos. Más tarde, en 2015 al prejubilarme, entré en la Junta Directiva y ocupé el cargo de Secretario.
-Celebráis el 50 aniversario de la asociación, ¿qué motivó a su creación?
-Fue la falta de plazas escolares en el barrio. Durante la década de los 60 del siglo pasado, inmigraron a Aranda de Duero muchos matrimonios jóvenes con una prole numerosa que se instalaron en el barrio de Santa Catalina. Desde 1960 existía el colegio “Virgen de la Viñas” de titularidad municipal, pero era insuficiente. De ahí que en 1971 se reivindicara la construcción de un nuevo colegio mediante una marcha hasta el Ayuntamiento y una entrevista con el alcalde don José Eugenio Romera. Al frente de esta iniciativa se hallaba el sacerdote don Felipe Ontoso Molero, que organiza a los padres de familia y los incluye en el organigrama de la pastoral parroquial. Ese fue el germen de la Asociación de Vecinos.
-¿Los objetivos de la asociación siguen siendo reivindicativos?
-Pues sí. Los fines principales de esta asociación de Vecinos son los de promover obras y servicios que mejoren el barrio, y animar la vida social y cultural de sus vecinos. El primero es claramente reivindicativo y en ello estamos. Quizás sin hacer mucho ruido, pero todos los años presentamos al Ayuntamiento las demandas que consideramos necesarias, y allí se recogen desde la construcción de un nuevo vial por Cantaburros, hasta el bacheado y repintado de los pasos de peatones.
-¿Cuáles han sido los mayores logros que se han conseguido?
-El primero fue la construcción de un parque infantil en 1973 en los terrenos del actual parque Príncipe de Asturias, que se llamó popularmente “parque de las ruedas”, por estar delimitado por neumáticos de vehículos. En 1982 se estrenó el colegio nuevo de Santa Catalina, aunque su creación fue un año antes, con cuatro unidades en la Parroquia y otras cuatro en el colegio Virgen de las Viñas. También se logró el cimentado y asfaltado posterior de todas las calles del barrio, porque se partía de cero, es decir: barrizales en invierno y polvaredas en verano. Otros logros, fueron las pistas deportivas del Príncipe de Asturias; el parque de La Huerta, etc. etc.
-¿Por qué han bajado tanto el número de socios, de 860 que se han llegado a tener a 540?
-Yo lo achacaría a dos causas: Una es la falta de compromiso social de las nuevas generaciones que se han encontrado con casi todo resuelto, frente a los veteranos que levantaron el barrio con su esfuerzo (El parque de las ruedas se hizo a prestación personal). La otra es la prohibición de hacer actividades en el local con monitores remunerados, por una supuesta competencia desleal. Monitores altruistas los hay, pero solo por un día. En pocas palabras, los socios veteranos van falleciendo y no captamos nuevos por que han mermado las actividades más solicitadas, que en nuestro caso eran la de pilates para adultos y la de karate infantil y juvenil.
-Cada año presentáis decenas de deficiencias que veis en el barrio ¿os hacen caso rápido?
-El año pasado fueron 50 y este ya llevamos 10. En cuanto a la ejecución, depende de los casos pero el 85% sí se resuelven. Las pequeñas intervenciones, como arreglo de arquetas, de bancos rotos, de huecos de baldosas, o podas de árboles, fugas de agua… se hacen rápido; las de mayor empaque tardan algo más, como podría ser los rebajes de bordillos de acera, reasfaltado de calles, construcción de aceras nuevas, pistas peatonales…
-¿Cómo es la comunicación con el Ayuntamiento? Realmente existe o se limita a escritos
-Ahora es todo telemático, pero la comunicación era muy buena. La alcaldesa nunca nos negó una audiencia y los funcionarios nos atienden muy bien. Y precisamente en la Concejalía de Obras y Participación Ciudadana, donde más guerra damos, es donde mejor nos atienden. Con corrección y respeto, se puede llamar a todas las puertas y tener paso franco.
-¿Son los vecinos del barrio de Santa Catalina colaboradores?
-Los habitantes de Santa Catalina fueron muy colaboradores. Pelearon como leones por su barrio, hasta el punto de presentarse a las elecciones municipales con una lista independiente: la UPA (Unidad Popular Arandina) y sacaron tres concejales; pero ahora la sociedad es otra, se busca la comodidad y que todo nos lo den hecho, con lo que salvando a la escasa minoría que colabora donde haga falta, no hay espíritu de compromiso y colaboración. Pero es un mal general, no solo de este barrio.
-Tema sanidad. No formáis parte plataforma...
-En sanidad tenemos una vocalía en el Consejo de Sanidad Provincial y otra en el Consejo Local, que fueron asignadas a esta Asociación de Vecinos y se nombró como representante a Pilar Juez, que lo está haciendo muy bien, reclamando que se creen más especialidades médicas y que se cubran las vacantes con agilidad y premura. En cuanto a la plataforma, se decidió no adherirnos, como hicieron otros muchos colectivos que fueron invitados a participar en ella.
-¿Hay savia nueva? ¿Qué vais a hacer para conseguir la llegada de más socios y participantes?
-En la Junta Directiva tenemos integrados a veteranos que estuvieron en la Junta Promotora con sólo una veintena de años y ahora nos aportan conocimiento y serena sensatez, y también a otros más jóvenes que aunque rayan los cincuenta, aportan vitalidad e ilusión. Todos estamos condicionados por la situación epidemiológica actual. Cuando esto pase, reiniciaremos los proyectos y actividades, y trataremos que sean atractivas y sirvan para captar nuevos socios.
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|