Charlamos hoy con la nueva presidenta de la Asociación para el Fomento del Turismo Ribera del Duero (AFOTUR) para repasar su trayectoria, los retos del sector y las líneas estratégicas que marcan esta nueva etapa.
- ¿Cómo comienza tu vinculación con AFOTUR?
- Comencé a implicarme en la Asociación hacia 2008, cuando gestiona el Museo Casa de las Bolas junto con Sandra Cobo, a través de nuestra empresa Duillae Historia y Arte. Entendimos que, al estar en un proyecto turístico y cultural, era lógico formar parte de AFOTUR. Más adelante, la empresa se disolvió y pasé a trabajar en la Galería Rodrigo Juarranz, desde donde sigo vinculada a la Asociación.
- ¿Cuándo te integraste en la Junta Directiva?
-No estuve desde el inicio, pero sí desde muy pronto. Siempre he creído que, si formas parte de algo, hay que involucrarse. No es sólo pagar una cuota: es aportar tiempo, ideas y contactos. He estado en varias etapas con Mercedes Calvoal frente, y ahora, tras su decisión de dar un paso al lado, he asumido la presidencia con el respaldo de un equipo maravilloso. Me siento muy bien arropada.
- ¿Cuáles son tus principales objetivos al frente la asociación que ahora lideras?
- Estamos trabajando en una línea continuista, pero con un fuerte enfoque en mejorar la comunicación interna entre los socios y potenciar nuestra visibilidad externa. Queremos que los asociados se conozcan más entre sí, y también darnos a conocer tanto dentro como fuera de la Ribera.
Además, formamos parte activa de la Federación de Centros de Iniciativas Turísticas de Castilla y León (FECITCAL), donde representamos a la provincia de Burgos y estamos inmersos en la reforma de los estatutos de la Federación.
- ¿Ha cambiado la asociación en estos todos estos años?
- A nivel interno ha habido cambios en el día a día, pero las personas somos las mismas. Los mayores desafíos vienen de fuera.
- ¿Cuáles son?
- Ahí sí que ha habido cambios, como la falta de personal cualificado, la dificultad de acceso a vivienda para ese personal, o la lucha contra prácticas no reguladas. Estamos tratando de colaborar con otras entidades para buscar soluciones estructurales.
Más que por parte del turista, el reto está en la estructura interna del sector. Necesitamos facilitar vivienda y condiciones laborales para el personal turístico, y también infraestructuras culturales de referencia: un centro para eventos, congresos, conciertos o teatro que nos posicionen mejor y atraigan visitantes más allá del enoturismo.
También necesitamos contar con personas cualificadas a la hora de abordar cuestiones administrativas y luchar contra aquellos que no cumplen las normativas, ya que se dan casos de que personas que no tienen titulaciones, homologaciones o permisos están haciendo actividades que en principio no deberían poder hacer.
- ¿Qué salud tiene actualmente el turismo en la Ribera del Duero?
- Goza de buena salud. No hay masificaciones, el visitante suele ser respetuoso y tenemos una oferta muy completa: vino, gastronomía, paisaje, patrimonio, cultura, turismo familiar, religioso, arqueológico… Somos un destino bien posicionado a nivel nacional, gracias también al trabajo de la Ruta del Vino y de ADRI.
- ¿Qué busca el turista cuando llega a la Ribera del Duero?
- Principalmente vino y cordero. Pero queremos que eso sea sólo la excusa para quedarse y descubrir todo lo que hay detrás: museos, paisajes, festivales, historia… Tenemos mucho que ofrecer, y debemos mejorar en mostrarlo.
- ¿Qué iniciativas estáis desarrollando para fortalecer el tejido asociativo?
- Vamos a iniciar una serie de desayunos itinerantes entre asociados. El primero será el 16 de junio en el espacio artístico A Cántaros, en Peñaranda de Duero, con una actividad formativa incluida. Queremos salir de Aranda y mostrar que damos servicio a toda la Ribera. Hay que tener en cuenta que somos el único CIT de Castilla y León con socios en las cuatro provincias de la Ribera del Duero.
- ¿Algún mensaje final para los profesionales del turismo de la comarca?
- Que se animen a participar. AFOTUR es una herramienta útil para compartir, colaborar y mejorar juntos. El turismo en la Ribera está vivo, pero hay mucho por hacer y sólo lo lograremos si trabajamos unidos.
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