Isabel Santos es la arandina que el pasado viernes se subió al escenario de la plaza Mayor de Aranda de Duero para dar la bienvenida a las fiestas patronales que ya estamos celebrando. Ella ha sido la pregonera de esta edición, y gracias a ella se hace un homenaje a la cultura arandina. No en vano ha formado parte del grupo Clunia Teatro de Cámara, con medio siglo de vida, que creó su marido, Julio López Laguna, que nos dejaba hace un año.
De fiestas, pero sobre todo de Cultura, hablamos hoy con la pregonera.
- ¿Qué supone para ti convertirte en la pregonera de las fiestas de Aranda de Duero?
- Un orgullo y un honor grandísimo. En parte, también a un reconocimiento a una labor llevada a cabo durante 50 años.
- Hiciste un pregón que se ha convertido en un homenaje a la cultura de Aranda de Duero. Han sido 50 años en Clunia Teatro de Cámara. ¿Cómo fueron los comienzos?
- Clunia Teatro de Cámara se fundó en el año 1966. Yo entonces no estaba en Aranda todavía, pero Julio, con un grupo de amigos, decidieron impulsar y dinamizar la cultura. Comenzaron haciendo un teatro popular y otro para gente un poco más cultivada, y la idea cuajó rápidamente. Todos empezaron a trabajar.
Las representaciones se hacían en diferentes lugares, hasta que se consiguió una nave en la calle Hospicio y se construyó allí poco a poco un teatro, porque aquello era un garaje. Ahí empecé yo. Conocí a Julio en 1972, el proyecto, y me uní al grupo.
- Pero luego os fuisteis del mítico local de la calle Hospicio…
- Sí, allí estuvimos durante 25 años, pero el mecenas del grupo y propietario del local, Luis Portela, decidió venderlo y para nosotros era inviable totalmente comprarlo. Entonces decidimos alquilar un sótano en la calle Santa Lucía donde hemos estado los últimos 25 años. Era un sitio pequeño, así que las representaciones las hacíamos en el teatro Cine Aranda. Inauguramos la Casa de Cultura cuando se construyó y posteriormente inauguramos el auditorio de Caja de Burgos.
- Medio siglo y todo finalizó…
- Hace muy poquitos años el grupo terminó. Era imposible continuar porque el local no reunía condiciones, había muchas humedades y goteras que nos estropeaban muchas cosas, un alquiler que pagar… Costear todo eso supone trabajar mucho, hacer giras y ensayos. Algo muy cansado, porque los ensayos eran de lunes a viernes, pero muchas veces también en sábado y domingo.
- ¿Cómo calificarías esta aventura?
- Apasionante y maravillosa. Creo que todos los arandinos nos tenemos que sentir orgullosos de haber tenido un grupo de teatro durante 50 años, que creo que es el grupo más antiguo de toda España de aficionados. Los miles de personas que han colaborado de una u otra manera y respaldado a Clunia Teatro de Cámara han hecho posible la subsistencia del grupo, con lo cual es algo que debemos de tener presente.
- ¿Crees que la cultura en Aranda goza de buena salud?
- No sólo lo creo, sino que estoy segura de que sí. Afortunadamente hay asociaciones que tocan todos los palos culturales. Tenemos unos colectivos maravillosos en Aranda que trabajan, no sólo por la cultura, sino por su bienestar, y eso es algo muy a tener en cuenta. Tenemos que querer mucho, que apasionarnos con lo que nos rodea para intentar avanzar. Y ceo que nosotros contribuimos en poner esa semilla a través del teatro, de la música y el cine.
- ¿Hay algo que echas de menos en el tema cultural?
- Quisiera que en Aranda tuviéramos un nuevo auditorio municipal, con capacidad y cabida para todo el mundo. Fijaros, si en el año 1935 se hizo el Cine Aranda con una capacidad para 900 espectadores cuando en Aranda no había los habitantes de ahora, ¿por qué ahora no tenemos un local propio que pueda servir para todo tipo de eventos? Hay que demandarlo.
Por otra parte, me encantaría que la idea de un museo de teatro se llevara a cabo. Lo digo porque 50 años han sido una trayectoria inmensa de miles de arandinos y ribereños que han formado parte del grupo, que tienen su historia reflejada ahí. Todo el patrimonio de Clunia se cedió íntegramente al Ayuntamiento y lo tiene recogido, ¿Por qué no un museo del teatro? Nos tenemos que ver reflejados y nos lo merecemos. Hay material suficiente para tenerlo y disfrutarlo entre todos y no podemos dejar que se pierda esa historia.
- Pasamos a hablar de las fiestas de Aranda. ¿Qué recuerdos tienes?
- Tengo una foto en la que tendría unos siete años con mis abuelos en los toros a la tengo mucho cariño. A los siete años me fui a Madrid, pero venía muy a menudo en fiestas, navidades y vacaciones. De joven recuerdo los bailes que me he echado en el frontón arandino, en la plaza Mayor, recuerdo los feriantes que venían y que hacíamos muchas meriendas con amigos.
Las peñas no existían entonces, pero han sido una incorporación maravillosa que dinamiza y alegran las fiestas. Y luego, como el teatro nos ha tenido muy absorbidos, a veces hemos aprovechado la semana de fiestas para marcharnos, porque era la única semana que teníamos en todo el año. Teníamos muchas actuaciones y había que estar ensayando permanentemente.
Pero también he disfrutado muchísimo en fiestas. A mi hijo, con dos años, le hice el traje de peñista de Tierra Aranda. No tenía máquina de coser y lo hice a mano para que pudiera salir al cañonazo con su traje.
- ¿Qué es lo que más te gusta de las fiestas actuales?
- Todo, deberíamos mirar todo con ojos de niño, con la ingenuidad que hace falta para sorprendernos. Salir a la calle y ver qué es lo que hay. Desde que empiezan y hasta que terminan deberíamos aprovechar al máximo posible. Se trabaja mucho durante el año y es necesario descansar y disfrutar de los tuyos.
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