Llevo tantos años oyendo hablar (y hablando) de la hipotética creación de una empresa municipal de servicios, como los que llevo dedicándome al periodismo. Cuando llegué, el tema estaba ya entre los anhelos constantes, especialmente entre la parte más a la izquierda de la tabla, y a fecha de hoy parece que sigue entre esos retos a cumplir. Es un asunto, la verdad, que me genera muchas dudas. Es ese tipo de cosas que se venden tan bonitas sobre el papel, que se presentan como algo parecido a la panacea, pero que, después, la cruda realidad demuestra que tienen muchas (demasiadas) sombras. La remunicipalización se presenta como el edén de lo bueno, bonito y barato. Los trabajadores cobrarán más y tendrán mejores condiciones, los servicios se prestarán más baratos y mejor, no se pagará el IVA y el Ayuntamiento será soberano. Un cuento perfecto. Otra cosa es que los cuentos se puedan trasladar a la realidad y no se queden en una historia fantástica.
Aludo a este asunto porque ha vuelto a la actualidad con lo que se anuncia como los primeros pasos para comenzar la hoja de ruta para remunicipalizar el servicio de parques y jardines. Un contrato que, en mi opinión, es demasiado ambicioso para empezar un proyecto de estas características (creo que se podría probar antes con cosas menores y más sencillitas). O lo que es más importante, centrar la prioridad en que se presten en condiciones todos los servicios que ya se tienen asumidos. Dejando claro que no soy partidaria en ningún caso de la privatización del servicio de agua y lectura de contadores, aquí hay una realidad: se ha estado dos años y tres meses sin proceder a prestar ese servicio por parte del Ayuntamiento y ahora los ciudadanos nos encontramos con que se nos van a acumular los recibos sin tener ni culpa ni pena. En resumen, hemos querido pagar en tiempo y forma y no se nos ha dejado. Un tema heredado que se ha conseguido encauzar a principios de año, pero que todavía quedará mucho espacio (y muchas mensualidades) para la solución definitiva. El agua es quizás el ejemplo más llamativo, pero hay más (cementerio, etc). Y dicho esto… ¿No sería mejor que se empezara a prestar bien y en condiciones los servicios que tenemos, que se dotará de los medios óptimos y necesarios a todos los departamentos que están en cuadro y, luego, si eso, se metieran en temas más ambiciosos?
Volviendo al contrato de parques y jardines, es un servicio que cuesta 1,5 millones de euros al año (IVA excluido) y cuenta con alrededor de una treintena de trabajadores. Se dice que asumirlo por parte de una empresa municipal supondría un ahorro de 375.000 euros al año. También que sería más barato gestionarlo directamente por parte del Ayuntamiento, pero que es mejor ese tipo de empresa municipal. Fórmula con la que hay que tener cuidado ya que en algunos casos han acabado convirtiéndose en ‘chiringuitos’ o ‘empresas de colocación´. Ese estudio (según nos trasladan) lo ha realizado un experto en este tipo de asuntos, aunque ese profesional está claramente apegado a unas siglas. Me aventuraría a apostar que un experto situado en otra opción política hubiera presentado unos datos (o una visión) totalmente diferentes. Y de eso (no mientan) estamos todos de acuerdo, porque la ideología y la política acompañan incluso a los números y las lecturas económicas. Por mucho que se venda la municipalización como una decisión política (que lo es y para la que se necesita mayoría), quizás habría que apuntalarla con algunos informes objetivos que pusieran sobre la mesa toda la realidad (los pros y contras). Y a partir de ahí, elegir.
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|