Estamos viviendo un verano peculiar. Desde luego. Se han dado cita varios factores que han propiciado que esto sea así. Un cambio de gobierno, una herencia envenenada, una campaña electoral en pleno mes de julio y unas urnas en mitad de las vacaciones. Seguro que hay muchas más causas, pero en principio estas las más destacadas. Ayer, inauguramos lo que van a ser tres meses (en el pronóstico más optimista) de agonía al volante y de sinvivir para los viandantes. Las comunicaciones en Aranda ya de por sí son complicadas, y con el corte del puente de Bigar, la cosa se pone mucho más compleja. Ya sumando el arreglo de los jardines y la acometida de la red de calor, los tintes son de drama (estilo serie B). Se nos pide paciencia, la necesitaremos a raudales. Que se deje el coche en casa, el que pueda. Y que se tomen rutas alternativas, aunque eso de ir del Polígono a Santa Catalina, vía Vadocondes no sé si cuadra mucho. He tirado de Hipérbole, pero el marrón con el que se estrenan los nuevos responsables municipales es de órdago.
El hacer coincidir en el tiempo tantas obras, en su día, no fue tan buena idea, por mucho que les gustara sacar pecho y decir que sí. Es más, se demostró que la ocurrencia no era de excesivo intelecto, cuando se decidió posponer el comienzo de los trabajos hasta después de que se vaciaran las urnas de las municipales, para no recibir esos daños colaterales. Ahora, nos queda una época de verano complicada, especialmente en el mes de agosto cuando la Ribera está a rebosar.
Y, entre todo esto, estamos en plena campaña electoral de cara a las generales. Una campaña en la que el relato lleva por unos derroteros muy diferentes a los que influyen a los ciudadanos en lo más cercano. Por lo menos, en nuestro caso. De infraestructuras nada, por mucho que Ayuso les hiciera una caída de ojos a la plataforma ciudadana por el tren. El juego está en otro tipo de mensajes. El PP de Burgos se ha encomendado al tirón de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Salió a las calles de Aranda en un estilo más parecido a una influencer que a una política al uso. Fotos por aquí, conversaciones por allá… Quizás, los políticos en general tenían que sopesar la clave de ese éxito en la calle, que puede residir en la cercanía y la falta de ese encorsetamiento tan habitual en los de su clase. En cualquier caso, una vez más, es habitual en los partidos y más en elecciones, utilizaron para maquillaje de su performance a algunos colectivos, sobre infraestructuras, vino o cultura y música. Una ruta preparada para una persona que, de momento, no es candidata a las generales y poco tiene que decir en estos asuntos.
Eso en las filas de los populares, en las del Partido Socialista, también hubo momento de campaña y una tendencia demasiado exagerada a la apropiación de las medallas de Fondos Europeos. Más allá de cómo fuera en su día la votación y gestación, los fondos se reciben por parte de los proyectos y está un poco feo creerse los dueños absolutos.
Por delante, doce días más de performace electoral, mínimo cien a mayores de espéctaculo automovilístico... ¡Arriba el verano!
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|