El Tesoro

Las obras son buenas. Esa es una verdad, pero a medias. La primera premisa, desde luego, es que se hagan bien. Además de que se llevan a cabo con orden, coherencia, planificación, sin solaparse más de la cuenta, siguiendo una hoja de ruta y velando por encima de todo por el interés general. Cuando el Ayuntamiento ha puesto sobre la mesa la posibilidad de hacer de forma prácticamente inmediata la reforma del puente nuevo o de Bigar, se han disparado todas las alarmas de cualquier cabeza medianamente coherente.

Con una Avenida de Castilla cortada, con unas obras que llevan retraso y preocupan a sus vecinos por los pocos avances y porque nada más se supo de aquel amianto y esas mejoras que se iban a añadir. Con una calle San Francisco cuyas aceras se están reformando, con calles cortadas y atascos infinitos en la calle Carrequemada… Ahora nos dicen que no pasa nada por tener cerrado al tráfico, de forma solapada, una de las infraestructuras más utilizada para transitar entre barrios y para “salvar” el rio Duero. Está claro, que cuando los que nos gobiernan no consideran prioritario hacer un tercer puente y una ronda interna, porque, según ellos, hay asuntos de mayor urgencia y calado como gastarse cuatro millones de euros en parchear una maltrecha piscina, tampoco se puede esperar que reflexionen más allá del ansia por recuperar todo el tiempo perdido sin hacer nada o gastado en obras que han terminado más mal que bien.

Cuatro meses de cierre, con la situación de levantamiento que está sufriendo la ciudad parece como mínimo de locos. Planificación, cuanto menos, es lo que pide la calle. En remanentes quieren incluir esa partida, ahora que corre prisa por la carrera electoral y porque la empresa de Biomasa lleva tiempo esperando esas reformas en el puente para pasar esa red de calor hacia la zona norte de la ciudad. No está de más recordar que las deficiencias del puente de Bigar, ya se ponían en evidencia en febrero de 2021, hace un año y cuatro meses. Incluso en un artículo en esta sección, hablaba de vivir a espaldas a los ríos, que es lo que hacemos y seguimos haciendo, por mucho que nos quieran contentar con que han pedido unos fondos para recuperar las riberas de los ríos. Vivir de cara a los ríos es mucho más que esas buenas palabras.

A lo que voy, hacer 16 meses ya se sabía que el puente estaba mal. Entonces, se decía que era imprescindible asegurar el apoyo del firme de la calzada y las aceras, ejecutar nuevas aletas, juntas de dilatación y otros elementos importantes de la infraestructura. También hace casi año y medio, los munícipes clamaban por cuánto preocupaba el estado de este puente utilizado por cientos de peatones y vehículos al día. A la vez, anunciaban que la obra se quería incluir en los remanentes del 2021 porque era una prioridad. Pues no fue una prioridad, ni se incluyó dentro de esos remanentes. Pero ahora corre más prisa, porque llega la carrera por los votos y cortar cintas. Aunque cuidado, que las obras las carga el diablo. Y a todo esto, estoy prácticamente segura de que para la próxima campaña electoral nos volverán a vender como logro la comisaría de Policía Local. Por ello, voy recordando que en marzo de 2019 ya nos pusieron el chaleco reflectante y el casco, para pasearnos por lo que iba a ser un logro (la nueva comisaría), que acabó siendo un caos (y costándonos una millonada)… Al tiempo, nos la intentarán colar de nuevo..