Siempre ha habido clanes famosos. El de los Pantoja en el ámbito del colorín, el de los Irlandeses en el plano cinematográfico, el de las Kardashian en la vertiente internacional...Todos ellos colocados en primera línea de proyección mediática. En Aranda, desde hace siete días, tras el artículo de mi compañero, Roberto Estébanez, el clan del que más se habla es del denominado 'Clan de los Burgaleses'. Desde entonces, ese término aparece en los corrillos, en las barras de los bares, en las conversaciones políticas, es el tema del momento... Personas en la calle reclamando saber más sobre este grupo que ya forma parte del cotilleo (en el buen sentido de la palabra) arandino.
Ya se habían desvelado algunos aspectos que sitúan a ese clan dentro de la vida municipal, a pocos metros del poder político. Desde que se plantara la semilla en 2017, 'casualidades' de la vida, ese grupo no hace nada más que crecer. Por los pasillos del Ayuntamiento se comenta en plan jocoso que su objetivo es conseguir llenar un autobús con horario de ocho a tres. Siempre, ocupan puestos de primer fila, con poder técnico, pero con poco ánimo de que mejore esa ciudad que casi ni conocen. El mayor problema está en eso, en ser un clan, actuar como tal y no como individuos a título particular. Moverse bajo una batuta que parece querer mandar más de los recomendado.
Intentar reconducir ese concepto global ha de ser uno de los objetivos a marcar por el nuevo equipo de gobierno. Fijar límites y responsabilidades. Demostrar que la política está para algo, constatando que las decisiones (siempre cumpliendo la legalidad) tienen que estar en la mano de los que gobiernan y no de manos que intentan mecer la cuna. Una cuna que les toca muy de lejos y que poco les importa. De momento lo vamos a dejar aquí, aunque sin esconder que llegarán nuevos capítulos a la vez que se instala la transparencia (esperemos que sea así) en el Consistorio arandino.
El nuevo Ayuntamiento ha comenzado a funcionar y, recientemente, ha repartido responsabilidades. Habrá que, por supuesto, dar los cien días de cortesía a los nuevos mandatarios, pero hay que reconocerles que han demostrado en sus primeros compases, un cambio total de talante. Parece que ahora se puede respirar y supongo que visitar la casa de todos, con permiso del 'clan'.
Tras incorporarse a sus nuevas tareas, han tomado conciencia de que su temor de abrir cajones y encontrar marrones, se ha convertido en una realidad incluso peor de la que pronosticaban. Las bombas parece que se multiplican. La piscina cubierta ya no costará 3,3millones de euros, el presupuesto se incrementará en cerca de medio millón de euros y no podrá abrir hasta probablemente el año que viene. Vamos camino de entrar en el Libro Guinnes por el arreglo más caro de piscina del Universo. En el proyecto no se había detectado un problema importante en el vaso. Los que dejaron el Ayuntamiento recientemente ya tenían constancia de ello, pero prefirieron callar. A ello hay que sumar otros temas con el GR-14, y un largo número de etcéteras.
A la expectativa estamos también por la celebración del primer pleno municipal con el equipo de gobierno ya constituido. Y es que, aunque parezca de colegio, hay tortas (en el sentido metafórico) por las sillas que se van a ocupara en el hemiciclo arandino. Un hemiciclo formado por una primera fila con entre 15 y 16 asientos, con dos anexos detrás en los laterales con tres sillas cada uno. Se trata de un salón de plenos de los últimos tiempos del franquismo, que tuvo que ser ampliado así con la llegada de la democracia y los partidos de la oposición. Pues bien, tanto Partido Popular como Partido Socialista, quieren permanecer en primera línea. Así lo hicieron en el primer pleno, el del sorteo de las mesas, pero entonces no se había firmado el pacto del gobernabilidad y Ciudadanos y Podemos-Izquierda Unida estaban en la segunda fila. Ahora, al asumir responsabilidades, el reglamento recomienda que por motivos funcionales y de voto, estén todos juntos. Eso significaría que tres concejales del PSOE (porque tuvo menos votos que el PP) tendrían que pasar atrás. Eso ha levantado la guerra. Ya se habla hasta de cambiar los sillones y poner sillas para que los 21 se puedan amuchar en primer fila. Seré demasiado pragmática, pero me parece una guerra de niños. Recuerdo que entre 2007 y 2011, tres concejales del PP estuvieron en segunda fila y nada pasó, ni nadie se sintió agraviado. Desde luego, la política no deja de sorprender, y nos esperan grandes momentos en ese aspecto. Seguro.
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|