La última... de 2022

Esta es la última crónica del año. La lógica lleva a hacer un cierto balance de lo que ha pasado y un pronóstico de lo que está por suceder en el próximo ejercicio, más aún, tratándose de un curso electoral. La cosa se va poniendo seria de cara al 28 de mayo, cita con las urnas. De la coalición entre Podemos e Izquierda Unida, hasta la novedad de Sentir Aranda, pasando por la duda de Ciudadanos o la urgencia y ansiedad del PSOE tras doce años sin gobernar. En el Partido Popular han abierto la puerta de par en par, invitando de forma reiterada a la alcaldesa a “irse”, al considerarla “abrasada” y “amortizada”. Necesitan, en el partido de la gaviota, que parezca que ella se va, porque queda feo eso de “echarla” tras doce años en el cargo. De ahí, la puesta en escena de las últimas semanas. Eso sí, el adiós solo puede suceder si la actual regidora tiene otro puesto que le garantice seguir ganando una nómina de la política. Y en esto están ocupados… Así es el “servicio público”, puro altruismo…

Sin duda, de este asunto habrá tiempo de hablar en profundidad, pero en esta última crónica es obligado un balance. Muchas de las cosas que podemos resumir de 2022 las hemos contado, recontado y analizado. Por ejemplo, la capitalidad Europea del Vino, a la que no se ha sabido sacar rendimiento, aunque se nos venda que ha sido un auténtico éxito. Hay veces que los silencios benefician ante determinados asuntos que han sido un fiasco. En este caso, el de la Ciudad Europea del Vino, hubiera sido mejor que el Ayuntamiento pasara de puntillas en cuento a declaraciones públicas y, a otra cosa… Esos silencios que benefician los entienden muy poco los políticos, quizás porque menosprecian la inteligencia de los ciudadanos, porque viven en un universo paralelo o porque la foto vale sea a costa de lo que sea… Basta con un simple sondeo entre los arandinos o con la lectura de las redes sociales, para conocer la opinión general de lo que ha sido la Ciudad Europea del Vino. La nada, un fraude, y una oportunidad perdida… Sin embargo, nos dicen que ha habido muchas más actividades de las previstas en un principio, todas ellas un éxito universal y que han llegado a más 900 millones de personas a través de la repercusión mediática. Vamos, al mundo entero. Enfoques tan poco tangibles y creíbles, solo generan mofa (mejor reír que llorar), o indignación (parece que nos quieren tratar de tontos).

Poniendo algo de luz, en fondos europeos, el año no ha sido malo. 1,6 millones para las obras de eficiencia de energética de la carísima obra de remodelación de la vieja piscina cubierta, 3,3 millones de euros para dar un impulso turístico con un nuevo centro de visitantes en la actual comisaría de Policía Local y casi un millón de euros para material y vehículos de un parque de bomberos que lleva dos años sin retén de guardia.  De vuelta a las sombras, acabamos 2022 con la Avenida Castilla todavía levantada y con muchos meses de obra que aguantar todavía. El doble de los previsto. Con la Glorieta Rosales que tampoco avanza y con el horizonte puesto en que en breve entrarán las maquinas al Puente de Bigar y a los Jardines de Don Diego. Todos tranquilos, porque, nos dicen que no nos va a afectar, ni en la circulación, ni en el transito como peatones (Modo ironía). Les han salido mal las cuentas, y pocas cintas se van a poder cortar antes de mayo. Eso de la planificación, lo dejan ya para la repesca… Nos espera un 2023 con una ciudad convertida en Parque Temático.

A la hora de analizar 2022, también esde justicia decir que ha sido un año más en el que se ha echado en falta a la oposición municipal.  Otro a sumar a un mandato donde su labor de fiscalización, denuncia y de propuestas no ha estado a la altura de lo que se espera. A pesar de que el gobierno municipal se lo pone en bandeja, han estado desaparecidos en combate durante la mayor parte del tiempo. 

¡Nos seguimos leyendo en 2023!