Las cartas

Llevamos más de un año dando vueltas al tema y hablando de una posible cuestión de confianza para aprobar los presupuestos. Por lo tanto, parece que casi llega más tarde que pronto, después de la salvación in extremis del año pasado, con esa terapia de grupo (que duró menos que un suspiro) tras la tangana manifiesta entre el alcalde y el concejal del PP, Alfonso Sanz. Ahora, a la segunda va a ser la vencida y este miércoles se vivirá un pleno donde el primer edil utilizará ese comodín para intentar sacar adelante unas cifras municipales. Se tumbarán de nuevo en la sesión plenaria, y a partir de ahí se abre un plazo para hacer una moción de censura por parte de los grupos de la oposición. Si no llega a promoverse (que no se hará) entrarán en vigor los presupuestos. Esa cuestión de confianza no será la primera, ni algo tan extraordinario. Aquí hemos vivido dos, ambas siendo alcalde Luis Briones, aunque en diferentes mandatos municipales, también vinculadas a presupuestos. Hace unos meses, se sometió a una la alcaldesa de Burgos. No es nada grave, está dentro del juego de la democracia, hay dos para utilizar en cuatro años y probablemente sea este el momento. Lo que sí es más preocupante es el nivel que está alcanzando la película municipal que va camino de sumarse al género de terror, y sin alcanzar todavía el ecuador del mandato. 
En estos momentos, sin lugar a duda, lo más gráfico es la intrahistoria que se mueve detrás de los últimos movimientos en la (falsa) negociación de los presupuestos. Nadie (repito, nadie) ha tenido intención de ceder ni de llegar a un acuerdo. Descartados o autodescartados (depende de quien cuente la película) Partido Popular y Vox, el PSOE ha sido el socio ‘preferente’ desde la conformación del cuatripartito del gobierno. Algo así como el ‘deseado’ o el que se debía dejar desear. Vamos, el apto para el cortejo, en una relación que ha resultado ‘tóxica’. El cortejo político esta vez se ha hecho a través de ‘cartas’, un correo epistolar vía email en el que parece que el intento mutuo de burla ha llegado a tintes desorbitados. Es paradójico que el PSOE saliera en rueda de prensa hablando de humillación con la propuesta que le mandó el equipo de gobierno por escrito, donde se incluían algunas de sus enmiendas, a costa de retirar sólo una liberación. Se rasgaran las vestiduras ante tal afrenta (que se puede entender, son sensaciones subjetivas) y pocas horas antes del pleno remitieran su propia ‘carta’, envidando la ‘humillación’ a la grande. 
Los socialistas enviaron una propuesta donde vinculaban su apoyo presupuesto a cambio de las ostentar las concejalías de Promoción y Desarrollo, Cultura y Festejos, Medio Ambiente y Servicios, además de Servicios Sociales. También reclamaban el puesto de teniente de alcalde. Todo ello sin cobrar dedicación exclusiva para que se retiraran las liberaciones del presupuesto y “quitarles trabajo”, así cual salvadores de la patria. Pagaría porque se hubiera dicho que sí a la propuesta, era un farol, claramente. Más aún, sabiendo que venía tras una guerra de notas de prensa.
El 'ring' dialéctico volverá a abrirse el miércoles en la cuestión de confianza y en el diccionario para enfrentar el pleno habrá más de una palabra que se convierta en 'hit', se puede incluso hacer quiniela de cuál se llevará la palma. Liberados, pasta, pinza, tripartido de perdedores (en este caso tres), moción, censura, absolutismo, humillación, jeta, IBI... ¿Quién da más?