Es época de hacer la Carta a los Reyes Magos. En mi última crónica aludí a que en el ámbito municipal no estaría de más que entre los regalos y deseos a solicitar a sus majestades de Oriente, se pidiera una buena dosis de autocrítica o de reflexión. Seguro que no ha caído muy bien esa propuesta, en un Ayuntamiento en el que ya ni se preocupan de hacer balance de los logros conseguidos durante el año. Ni tan siquiera se toman esa molestia, porque probablemente haya poco a nada de lo que sacar pecho o quizás porque exista una dosis importante de anestesia para creerse que lo hacen todo bien.
Lo que seguro sí que estará en los deseos de la carta de los gobernantes es la aprobación de unos presupuestos municipales cuanto antes. Ya en tiempo y forma no se llega, porque ha empezado el año y se han prorrogado las cifras del pasado ejercicio. Aunque todavía tiene que quedar la esperanza de tener unas cuentas en ON antes de lo que es habitual, que es bien entrado el verano o incluso, a veces, el otoño.
El borrador de presupuestos está en manos de los grupos de la oposición y se realizan también los informes al respecto de forma paralela. El trabajo ahora estará en sumar los once votos necesarios para sacarlos adelante. De momento, se cuenta con diez. Los seis del Partido Popular, los tres de Ciudadanos y el del concejal No Adscrito, Vicente Holgueras. Éste último ha asumido Personal, ha entrado a formar parte de la Junta de Gobierno Local y se ha convertido en uno más del ejecutivo. Es extraño que ningún partido político haya aludido a su condición de tránsfuga, al haber sido expulsado de las siglas por las que concurrió a las elecciones y no haber devuelto del acta. Desde luego al Partido Popular, le dará exactamente igual porque tras lo de Murcia salieron del Pacto Antitransfuguismo. Ciudadanos hace como que no se entera y la oposición entra en una situación de pasividad a la que nos tiene acostumbrados por de más.
Con ese trato hacia Vicente Holgueras, se acaba el argumento que se había esgrimido en años anteriores para no llegar a acuerdo con los otros dos No Adscritos, lo que salieron del Partido Socialista. Aprovechando esta coyuntura, el dúo no pierde ripio para intentar buscar su parcela de protagonismo, a veces con propuestas inverosímiles y aludiendo a unas libertades y democracias que ni ellos mismos ni practican. Desde luego, la estratégica más fácil para sacar adelante los presupuestos se centra en camelarse al concejal de VOX, que salió corriendo de la Junta de Gobierno local en modo precampaña electoral, pero que se dejará querer en la negociación.
Y ante todo esto, apenas un mes por delante para la cita con las autonómicas. Una convocatoria extraña, fuera del calendario y que ha pillado a algunos un poco a desmano. La habitual coincidencia de las municipales y autonómicas, hace que se reseteen las listas a la vez, y que a partir de ahí, cada cual vaya cogiendo posiciones (cambio de instituciones y pervivencia política). Ahora, eso se ha roto. El estatuto de altos cargos de la Junta de Castilla y León marca que es incompatible la condición de procurador con la de alcalde o concejal de municipios con población superior a 20.000 habitantes. Por lo tanto, se descartan de un plumazo a algunos aspirantes. No es el caso del actual director general de Relaciones Institucionales, Máximo López, cuyo alto cargo en el ejecutivo es el único de los 82 que hay en la Junta de Castilla y León, que no tiene que dimitir para formar parte de la lista electoral a las Cortes.
El 13 de febrero será un día especial de elecciones, al no coincidir con las municipales, se teme el apego que los castellanos y leoneses tenemos a nuestra autonomía. Aparentemente, todo apunta a que la participación caerá en picado. Hasta entonces, nos quedarán unas semanas intensas y divertidas.
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