Tercer asalto

De expulsión en diferido, se ha pasado a expulsión por fascículos. Tenemos claro que Virginia Martínez está nominada para salir del Partido Popular, lo que todavía no sabemos es cuándo va a abandonar ‘la casa’ (si es que lo llega a hacer). Por segunda vez, el grupo municipal del PP ha anunciado que echa a la expresidenta de la Arandina y, por segunda vez, sigue ejerciendo como un miembro más. Lo hizo desde octubre (tras el primero de los comunicados) en plenos y comisiones, y lo ha vuelto a realizar este lunes, después del nuevo intento. La chapuza llevada a su máxima esencia.
Pongámonos en situación. El miércoles 5 de febrero a las 22:53 horas, a través de un grupo de WhastApp de prensa, se nos informa con un comunicado de la restructuración del grupo municipal. Nos piden perdón por las horas, argumentando que ha sido un día complicado. Extraña (y mucho), tras casi cuatro meses teniendo que tragarse el sapo de la no expulsión; esa celeridad, urgencia y nocturnidad para hacer un segundo anuncio. 
Como única teoría para explicar esa ‘ansiedad’, se me ocurre la coincidencia ese día con las declaraciones en el juzgado de cuatro testigos en las diligencias abiertas tras la denuncia de Unión Arandina, donde aparecen como investigados la exdirectiva del club, entre ellos la todavía concejala del PP. A partir de ahí, hay dos posibles vertientes. Quizás, se tiene información sobre que el proceso va a tirar hacia adelante con la apertura de juicio y han querido adelantarse en una decisión que suena a precipitada porque, si eso llegara a confirmarse, en cuestión de días podrían tener el argumento objetivo y solvente para expulsarla o suspenderla de militancia. La otra posibilidad es que piensen en el archivo del proceso y teman que si llegara ese momento se quedarían sin coartada para ejecutar el plan. El tiempo hablará y pondrá a cada teoría en su sitio. 
Los que han hablado, de momento, son los servicios jurídicos que piden a la portavoz del PP aclaraciones por el escrito en el que se restructura el grupo municipal.  En el mismo, ni menciona a la expulsada ni contempla un acuerdo del Partido que ratifique la acción. “A fecha de hoy no hay argumento para echarla del partido, otra cosa será dentro de diez días”, dicen voces sabias poniendo el foco en el juzgado. Y es que no tiene demasiada contundencia aquello de echarla por ostentar una presidencia cuando se la fue a fichar justamente por ocupar ese cargo y se le animó a seguir.
Lo de la política de este Ayuntamiento siempre ha tenido evidentes tintes de surrealismo, pero queda demostrado que la tendencia de incremento no alcanza límite. En plena crisis de gobierno con polémica servida, ha llegado el PP y ha puesto sobre sí mismo el foco de interés, con una pésima estrategia que debiera estudiarse en las facultades de Ciencias de la Información. Cómo liberar al “enemigo” político de la presión para situar el epicentro en sus propias miserias (las de los populares). 
Por cierto, curiosamente, ni el Partido Popular ni la expresidenta, en sus particulares comunicados tocan el tema estrella, el del juzgado. El PP dice que no entra, pero debería, estamos deseosos de saber qué opinan, con lo ilusionados que se les veía en el palco. Tampoco lo alude Martínez. No habla del juzgado, pero sí pide la pasta, los 190.000 euros del contrato de patrocinio. Ese mantra de todo está bien y que es una víctima. De momento, en el Ayuntamiento y los reparos, no dicen lo mismo.