"Solo" supone 80.000 euros entre 7,2 millones de remantes. Es verdad que puede sonar como una cantidad irrisoria para un Ayuntamiento (que no para los ciudadanos de a pie), pero también marca una forma de hacer las cosas de espaldas a la ciudadanía. Hacía mucho tiempo que no veía un posicionamiento tan unánime respecto a un proyecto. Enciende a las redes sociales, enerva a los ciudadanos y se convierte en misión imposible encontrar a alguien que vea con buenos ojos la iniciativa. Hablo de ese proyecto estrella de la Ciudad Europea del Vino de teñir el Duero de Rojo con una iluminación ornamental y un espectáculo de magia que convierta el agua en vino. El proyecto se encuentra entre las iniciativas incluidas en el reparto de remanentes, que ya tienen dictamen favorable y están a punto de aprobarse en pleno. Hablo de una forma de gobernar porque hay empecinamiento en ello sin mirar alrededor. Se vive en un universo paralelo al de la opinión de los ciudadanos, que es clara. Ni tan siquiera se han tomado la molestia de intentar explicar o hacer entender a los arandinos esa defensa a ultranza del mismo. Parece un capricho. Esperemos que se hayan asegurado de que ese capricho va a lucir espectacular y no se vaya a quedar en una chapuza (porque es carne de meme, a costa de los bolsillos de los ciudadanos). Un horizonte de rojo, no es tan facil de matizar. En los remanentes hay mínimo otros dos proyectos que darán que hablar. Una playa fluvial en las inmediaciones del edificio de El Molino y una pista de Pump and Truck en el recinto ferial permanente. Tomar el sol a la ribera del Arandilla y coger la bici sin pedalear en un circuito sinuoso.
Los remanentes cuentan con el apoyo del nuevo tripartito que ya no es tripartito. El surrealismo agota. En la ficción este género es entretenido y hasta divertido, pero cuando afecta al funcionamiento de una ciudad, la comicidad deja paso a otras sensaciones más al estilo de cabreo o desapego. Se prometen concejalías. Se dan con dos años de retraso. Otras diferentes. Los aspirantes, que llevan dos años pidiéndolas, las aceptan dando palmas. Los de arriba prohíben cogerlas. Uno la coge, otro la deja. Crisis abierta. Ese es el último capítulo. Para los que viven ajenos al asunto, y les parece que esto es un jeroglífico, aludo a VOX. Tras recibir, vía decreto, las concejalías de Personal y Medio Ambiente, la cúpula ordenó a los dos concejales, en versión recomendación encarecida, que no asumieran esas responsabilidades. Dicen los manuales políticos que cuando quedan menos de dos años para las elecciones, hay que marcar distancias con el contrario y no descargarle de responsabilidades y críticas para que salga indemne de una mala gestión. Algo que, según los expertos, es de Preescolar de política.
Con la orden de VOX ha llegado una ruptura por la mitad. Vicente Holgueras decidía desoír esas directrices y afrontar Personal. Su compañero Sergio Chagartegui, por el contrario, no llegará a ocupar el despacho en Medio Ambiente, al optar por ser fiel a las siglas verdes. Esa divergencia, deja en una situación complicada al ‘díscolo’. Si ambos hubieran desobedecido, se podría haber pasado más de puntillas y quedar en una pequeña reprimenda. Ahora, puede llegar el expediente disciplinario, incluso dicen las voces más críticas que la expulsión y paso a los No Adscritos. Todo eso está por ver.
La realidad es que la sintonía entre ambos concejales siempre ha estado en duda. Uno de los ejemplos más claros se vivió en el pleno de la aprobación inicial del PGOU, cuando el discurso del portavoz fue muy crítico, pero los votos de ambos ediles favorables para no generar el escándalo. Es un solo un ejemplo que ha marcado el trabajo del grupo municipal. El posicionamiento de Chagartegui, bajo mi punto de vista, siempre ha sido mucho más cercano al Partido Popular que el de Holgueras. Ahora se han cambiado las tornas. La decisión de asumir o no responsabilidades, opino, que está muy marcada por la personalidad de cada uno, y también por las expectativas de prosperar dentro de unas siglas políticas. En cualquier caso, el equipo de gobierno, cuando ya estaba tocando las castañuelas puede volver a verse en un problema para sumar la mayoría absoluta. Está más cerca de diez que de once, si la estrategia que tiene VOX como partido es marcar distancial.
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