Todas las localidades de la junta electoral de Aranda de Duero tienen mínimo una candidatura para las Municipales del 28 de mayo. El Partido Popular presenta lista en todos los municipios, excepto en cuatro. Esos son los titulares que desde la distancia podrían parecer creíbles. Desde la cercanía, esas frases no cuentan una mentira, pero están muy muy lejos de la verdad. Aquel que acuñara en su día el concepto paracaidista para referirse a los candidatos de humo que se colocan en las listas electorales, no pudo tener más tino. Es una descripción gráfica de lo que significa esa práctica y lo poco (o nada) que importan los pueblos (una vez más). Los partidos, con sus paracaidistas, tienen un único objetivo: arañar unos votos que sumen en la lucha por los diputados provinciales de zona. Lo que suponga ese cambalache para las pequeñas localidades y sus habitantes, les da exactamente igual.
En numerosos pueblos ribereños, se presentan cabezas de lista que no conoce nadie. Nombres y apellidos de candidatos desconocidos que probablemente no hayan pisado las calles del lugar en su vida y, lo que es peor, puede que alguno ni tan siquiera sepa situarlo en el mapa o in extremis haya acudido a Google para hacerse una idea de su ubicación. Haza, Adrada, Coruña del Conde, Fuentenebro… En esta ocasión se lleva la palma el Partido Popular y la máxima de la formación a nivel regional de que había que hacer candidatura en todos los municipios sí o sí. Da igual de dónde vengan los candidatos, que no vayan ni tan siquiera a tomar posesión, o que el pueblo al que representen les importe un bledo.
Si echamos la vista atrás al año 2011, podemos ver el caso de Torregalindo. Allí el PP presentó dos paracaidistas de Miranda de Ebro. El pueblo, consciente de ello, se plantó en las urnas. De los 121 censados, fueron a votar 80. De ellos, 76 votaron en blanco, más un voto nulo. Demostraron a los políticos que vivir en el medio rural no es síntoma de conformarse con ese desprecio a su inteligencia. Los dos paracaidistas obtuvieron tres votos, que les avalaron como concejales electos. Eso sí, tras los comicios salieron huyendo 180 kilómetros hacia el norte, a su localidad, y nunca más se supo. En Torregalindo, meses después, hubo otras elecciones, y el compromiso del pueblo logró salvar aquello.
Ahora, por ejemplo, pasa algo similar en Fuentenebro, aunque los paracaidistas vienen de más cerca. Solo hay una candidatura del PP cuyos integrantes no suenan de nada a los habitantes del pueblo. Uno ha sido cabeza de lista varias veces en otra localidad, otra es familiar de un alcalde ribereño, y el tercero un simpatizante o amigo. El partido dice que se han comprometido a tomar posesión, como argumento al sonrojo que supone asumir que se presentan candidaturas con escasos o nulos escrúpulos. Tomen o no posesión, sin vinculo ni interés por el pueblo… ¿Qué es lo que van a hacer por él?
En general, hay paracaidistas de libro, otros se escudan en vinculaciones de aquella manera… Todos esos ‘falsos’ candidatos, sumarán algunos votillos en la lucha por la diputación. Tres puestos para la Ribera del Duero, por los que compiten el Partido Popular y el Partido Socialista. Esos sillones (y sueldos) por los que suspiran muchos y que serán también el premio de consolación probablemente para quien pierda en Aranda. Sí, Aranda, una localidad de más de 20.000 habitantes donde la Diputación no tiene competencias. Histórico surrealismo.
Y de los paracaidistas pasamos a esos nombres que se trasladan de unas siglas a otras, para seguir sobreviviendo políticamente hablando. Entre ellos hay un tema que ha llamado la atención. Un exalcalde histórico del Partido Popular, todavía afiliado a la formación de sus amores, que ocupa en número dos de la candidatura del Partido Socialista. Hablo del municipio de Villalba. Un ex primer edil que fue condenado e inhabilitado durante siete años. Lo hiciera o no para favorecer a unos vecinos y sin mala fe, no quita que el juzgado le considerara culpable. No se entiende, ni su empecinamiento por volver a la primera línea política después de los malos momentos vividos, ni que lo haga fuera del partido por el que ha sacado siempre pecho. Menos aún se entiende del Partido Socialista, que recupera a un inhabilitado y condenado (que ha cumplido ya su pena), al que puso a parir durante años, pero que ahora interesa por el apoyo que arrastra entre sus vecinos.
Lo dicho, Política…
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