Cuatro provincias, cientos de hectáreas de viñedo, paisajes impresionantes y un importante patrimonio que deja huellas de una larga historia. En 115 kilómetros de longitud y más de un centenar de pueblos, la Ruta del Vino Ribera del Duero alberga numerosos atractivos. Muchos de ellos, son grandes reclamos para el turista relacionado con el mundo del vino, que entran dentro de la lista de lugares a visitar. Pero adentrándose más en el territorio, explorando nuevos lugares, también existe una Ribera del Duero más desconocida para el gran público, que merece una parada que no dejará indiferente. Rincones, menos multitudinarios, que ofrecen una visión distinta al visitante. En resumen, un sinfín de alternativas a descubrir, decenas de posibilidades en las que detenerse, de las que en esta ocasión vamos a recorrer cuatro puntos.
Si algo marca la histórica relación de la comarca de la Ribera del Duero con la cultura del vino son los barrios de bodegas y lagares tradicionales. Ese patrimonio etnográfico del que presumen con orgullo tantos pueblos de la zona de calidad vitivinícola. Llama la atención, por sus particularidades y singularidades, el barrio de bodegas que se sitúa en la localidad soriana de Alcubilla del Marqués. En este pueblo se acceda a la Denominación de Origen desde la zona oriental. Sorprende la vista al entrar. En lo alto el cerro se alzaba una fortificación de origen musulmán, la torre de Alcubilla, de la que hoy apenas queda unos restos constructivos. A partir de ellos, probablemente, se generó la construcción de las bodegas que pueblan la ladera. Desde luego, el conjunto es impactante y deja imágenes únicas en las retina de aquellos que lo visitan. Un pueblo que presume de un mayor número de bodegas que de habitantes.
La Ruta también puede presumir de innumerables miradores naturales desde los que contemplar un paisaje repleto de viñedo, pueblos, naturaleza e historia. Entre ellos, uno de los menos conocidos es el de Pico Escarcha situado en la localidad burgalesa de Valdezate. Al mismo, se puede acceder directamente en coche, pero los amantes de las caminatas se decantan por la opción de coronarlo tras recorrer el sendero del valle del Pozarón, con paradas en el arroyo del Chorro de Corcos, el nogal o las ruinas de la torre. Desde el mirador, la recompensa es una increíble panorámica a unos 938 metros de altitud. Un par de mesas invitan a tomar reposo o incluso un buen tentempié, desde la calma y con la compañia del aire fresco.
Por otra parte, el río Duero ha marcado historicamente la vida de la zona. La comunicación ha dejado huellas de la historia en forma de puentes que unen las orillas en diferentes formatos. Históricos de piedra, metálicos estilo ferrovial en la antigua línea Valladolid Ariza y otros con seña de identidad propia. Nos detendremos en este viaje en el acueducto amarillo sobre el canal del Riaza. A su paso por la localidad vallisoletana de Bocos, el Canal de Riaza atraviesa el río Duero gracias a una estructura de hormigón. En la zona de pasarela peatonal, bajo un arco metálico pintado de un llamativo color amarillo formado por dos tubos de un metro de diámetro cada uno arriostrados entre sí, por cuyo interior el agua del Canal de Riaza salva los 70 metros del vano que forma el río en este punto. Un sifón-Acueducto que no dejará indiferentes.
Y para los amantes de la naturaleza y especialmente de la fauna. Existen lugares en la Ruta del Vino Ribera del Duero, donde es fácil descubrir las especies que habitan en la comarca. Las aves necesitan agua, que pueden encontrar en humedales, lagunas y embalses. Por ejemplo, en el Humedal de Villalba de Duero. En él se podrá realizar una ruta ornitológica de gran interés para divisar especies como la gallineta, el avetorillo común o la garza imperial. En el paisaje se atraviesan algunas tierras de labor, hasta llegar a un encinar, acompañado de algunas sabinas y chopos. Más adelante comienzan a aparecer los humedales, rodeados por junqueras que atesoran una rica avifauna. Estos tan solo son cuatro ejemplos de los numerosos atractivos, quizás menos conocidos, pero que están esperando un visita para entrar a formar parte de los siempres imprescindibles.
Fotos: Ruta del Vino Ribera del Duero
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