Los animales de compañía están considerados como una medicina preventiva. Su cuidado y el afecto hacia ellos promueven la salud y prolongan la vida.
Poseer una mascota, no solo aporta compañía, sino que, se ha demostrado que ejerce efectos beneficiosos en la salud fisiológica de las personas.
? Se da un equilibrio en la tensión arterial.? Disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno.? Se estabilizan los niveles de glucemia.? Aumenta la secreción de endorfinas y de antioxidantes naturales. ? Se da también un aumento de determinadas hormonas protectoras de las neuronas que mejoran las conexiones o sinapsis.
Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que cuando acariciamos a nuestra mascota, la tensión arterial se reduce, además de producir efectos relajantes en nuestro organismo. Y es que, sin duda, ellos son un verdadero antídoto contra el estrés y una fuente inagotable de amor y compañía.Los perros, por ejemplo, necesitan caminar y hacer ejercicio diariamente, por lo que, tener una mascota ayuda a estar en forma Compartir con la mascota y disfrutar de esta actividad hace que, tanto ella como su dueño, se mantengan saludables.
En las personas adultas de edad avanzada, está demostrado que realizar una rutina activa diaria es una de las acciones más difíciles de mantener, siendo éste uno de los factores de depresión y de desmejoramiento de la salud. El ejercicio físico moderado, pero permanente evita fracturas de caderas y mejora el funcionamiento cardiovascular, entre otros beneficios.
En el caso de personas que no pueden salir de casa sin ayuda, el simple hecho de acariciar a un gato o perro y por ejemplo, cepillarle el pelo, ayuda a mantener la movilidad en las extremidades superiores.
Además la convivencia con una mascota nos aporta beneficios a nivel psicológico:
Por un lado, disminuye el sentimiento de soledad. Su presencia constante hace que las personas se sientan más confiadas, seguras y protegidas. Su compañía también estimula el contacto físico y la comunicación; casi todas las personas le hablan a su mascota y la conversación resulta más relajante debido a una sencilla razón: los animales no juzgan a las personas.
Por otro lado, disfrutar de una mascota incrementa la autoestima de la persona. Los cuidados y atenciones que demandan estos seres, hacen que la persona se sienta útil y que ocupe productivamente su tiempo de ocio. Al mismo tiempo, se genera una estrecha relación entre humano y animal, en la que ambos intercambian cariño y emociones. Son una constante fuente de motivación para su dueño.
Finalmente mejoran el estado de ánimo y el sentido del humor. Son una fuente de alegría y diversión para toda la familia, y con su compañía nos enseñan a disfrutar de las cosas sencillas de la vida. Las mascotas disfrutan el presente: cuando juegan, pasean, comen o demandan caricias, se entregan por completo al momento.
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