Con motivo del Día Mundial del Riñón, que se celebra este 13 de marzo, profesionales sanitarios y pacientes piden un mayor esfuerzo para prevenir y detectar precozmente la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta ya al 15% de los españoles.
La Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Federación Nacional ALCER de pacientes renales reclaman un mayor empuje para darle visibilidad a esta enfermedad que, de seguir su ritmo de crecimiento actual, tendrá un tercio de las personas mayores de 65 años y se convertirá en la quinta causa de muerte en nuestro país en el año 2040.
La prevalencia del Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, el número de personas que están en diálisis o trasplante, ha aumentado más de un 30% en la última década, y ya son más de 67.000 las personas que están en TRS en nuestro país. Cada año ingresan en los programas de diálisis y trasplante una media de 7.000 personas, un 25% de ellos a causa de la diabetes. Al centro de hemodiálisis de Aranda de Duero acuden alrededor de 50 personas de la comarca.
La ERC es una de enfermedad muy desconocida por la población, pero que tiene un elevado impacto socio-sanitario y en la calidad de vida de los pacientes, debido en parte a que sus síntomas son poco reconocibles en los estadios iniciales de la enfermedad, lo que dificulta su diagnóstico precoz y tratamiento. Por ello es importante implantar programas de detección temprana en la población de riesgo, para detectarla antes de que llegue a sus fases más avanzadas. De ahí que los nefrólogos y los pacientes incidan en la necesidad de que las autoridades sanitarias y las administraciones públicas realicen más esfuerzos para avanzar en la prevención y diagnóstico precoz de la ERC, que es conocida como la “epidemia silenciosa" y que tiene una tasa de infradiagnóstico de más del 40%. Con ello se frenaría su crecimiento y se lograría prevenir muchos casos, además de detectarlos en estadios más precoces, facilitando así además su tratamiento y un enlentecimiento de la progresión de la enfermedad. El crecimiento de ERC se relaciona con factores de riesgo como la diabetes y la enfermedad cardiovascular (responsables de un 40% de los casos), la obesidad, la hipertensión arterial o el tabaquismo, que en su mayoría podrían evitarse o prevenirse.
En este sentido, los especialistas abogan por potenciar la prevención primaria, enfocada a promover un estilo vida saludable, el cese del hábito tabáquico, el control de la obesidad y el ejercicio físico. E, igualmente, la prevención secundaria, mediante la detección precoz de la ERC y su tratamiento temprano como estrategia para reducir su progresión y complicaciones. Una detección temprana que consideran debe promoverse activamente en personas mayores de 65 años, con diabetes, hipertensión arterial, obesidad, antecedentes cardiovasculares y antecedentes familiares de enfermedad renal.
El presidente de ALCER BURGOS, advierte que, “si no se hace nada, para el año 2040, un tercio de las personas mayores de 65 años en España tendrán ERC y esta será la quinta causa de muerte en nuestro país. El objetivo es evitar llegar a una situación de deterioro de la función renal que requiera TRS, tanto por el alto impacto que tiene en la calidad de vida de las personas que viven con él, como por el impacto la sostenibilidad del sistema sanitario, ya que el TRS consume aproximadamente el 3% del presupuesto del Sistema Nacional de Salud”.
Además de potenciar la prevención y el diagnóstico precoz, nefrólogos y pacientes piden otras medidas clave para avanzar en la mejora de los tratamientos y la atención y calidad de vida de las personas con ERC, en especial las que tienen que someterse a diálisis o trasplante para poder seguir viviendo. En concreto, en aspectos como seguir fomentando el trasplante de riñón, ya que es la mejor solución para los pacientes que necesitan un TRS. Sin embargo, este tratamiento se ve condicionado por la limitada disponibilidad de riñones para trasplante en relación con el aumento progresivo de la carga de enfermedad renal y un descenso del potencial de donación, así como los obstáculos (clínicos, inmunológicos, geográficos) para el acceso al trasplante renal. De ahí, que los especialistas incidan en la necesidad de promover más la actividad de trasplante renal de donante vivo, con muy buenos resultados en términos de supervivencia del trasplante y reducción de complicaciones, y que representa ya el 10% del total de trasplantes de riñón.
En cuanto a los otros tipos de TRS, la S.E.N. subraya la importancia de la potenciación de las terapias de diálisis domiciliaria (diálisis peritoneal o hemodiálisis domiciliaria), de manera que se pueda elevar al 30% el número de personas que inician la diálisis en sus propios domicilios. Las terapias de diálisis domiciliaria son modalidades realizadas en el hogar del paciente, más flexibles y personalizadas que otras terapias tradicionales como la hemodiálisis en hospital, y proporcionan múltiples beneficios clínicos a la vez que mejoran la autonomía y la calidad de vida de los pacientes, facilitan su conciliación laboral y familiar, y contribuyen a la sostenibilidad del sistema sanitario (consume un 80% menos de agua que diálisis hospitalaria, y un 93% menos de electricidad, y genera un 60% menos de gases de efecto invernadero y un 35% menos de residuos).
La asociaciónALCER y las entidades participantes informan sobre las 8 reglas de oro para reducir el riesgo renal y evitar la ERC, que son las siguientes:
1. Mantente en forma, estate activo
2. Sigue una dieta saludable
3. Comprueba y controla tu nivel de glucosa en sangre
4. Comprueba y controla tu presión arterial
5. Mantén una ingesta de líquidos adecuada
6. No fumes
7. No te automediques ni tomes antiinflamatorios ni analgésicos regularmente si no te los indica tu médico
8. Comprueba tu función renal si padeces diabetes, obesidad o hipertensión
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