El 73% de los castellanoleoneses teme padecer una enfermedad crónica al hacerse mayor y, aunque un 41% cree que el soporte de la familia a los mayores es fuerte en nuestro país, un 32% afirma que es responsabilidad de cada persona garantizar su calidad de vida durante ese periodo.
Estas son algunas de las conclusiones del informe “Los españoles ante la vejez” elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios, en colaboración con la Universidad de Barcelona, que ha analizado las percepciones sobre esta etapa de la vida desde las ópticas de quienes conviven con familiares de más de 75 años y de quienes proyectan su futura vejez.
En Castilla y León, 333.918 personas tienen 75 años o más (un 14,05% de la población) y, de ellas, un 31% viven solas. “Ante una mayor longevidad, los españoles tenemos el reto de prepararnos y adaptar nuestro entorno para afrontar esta etapa y sus nuevas necesidades con la mayor calidad de vida posible”, explica Laura López Demarbre, vicepresidenta ejecutiva de la Fundación Mutua de Propietarios.
De acuerdo con el informe, ante una futura vejez, padecer una enfermedad crónica (73%), tener problemas de movilidad (70%), no disponer de una pensión de jubilación (60%), ni de recursos económicos para vivir (58%), seguido de la soledad (53%), son las principales preocupaciones de los castellanoleoneses.
En este marco, los cuidados de terceras personas pertenecientes al círculo familiar o de amigos se presentan como la alternativa más probable entre los mayores con dificultades para realizar las actividades fundamentales de la vida diaria. De hecho, en la actualidad, un 34% de los mayores castellanoleoneses recibe ayuda de una persona con la que convive, un 29% de su círculo familiar y de amistades, un 26% recurre a la contratación de personal externo remunerado; mientras que un 22% no cuenta con ningún tipo de ayuda. La prestación de servicios sociales queda reducida al 6%.
En cuanto a la percepción que tenemos de nuestros mayores, el estudio de la Fundación Mutua de Propietarios desvela que los españoles valoramos muy positivamente el papel que realizan en el seno de las familias, tanto en el ámbito de la conciliación como en el económico. De hecho, un 85% confirma que “las personas mayores ayudan a sus familias ya sea cuidando nietos o ayudando económicamente”.
En este aspecto, el estudio “Los españoles ante la vejez” apunta a que el hecho de vivir con los hijos no supone una mejor economía para los mayores. En muchas ocasiones, la razón para volver a vivir con los padres son las dificultades económicas por lo que estos hijos no aportan sino, por el contrario, son los ingresos de las personas mayores los que se reparten entre todos los miembros del hogar.
Afrontar imprevistos económicos.
Aunque un 64% de los mayores castellanoleoneses asegura que no tiene dificultades para llegar a fin de mes con los ingresos del hogar, un 17% manifiesta tener problemas económicos de forma ocasional y un 10% señala que siempre los tiene. De hecho, un 31% de los mayores afirma que tendrá dificultad para mantener la calefacción encendida y un 34% para hacer frente a imprevistos superiores a 750 euros.
En relación a quienes se muestran preocupados ante posibles problemas de movilidad, el informe de la Fundación Mutua de Propietarios alerta de que un 40% de las viviendas castellanoleonesas están poco o nada adaptadas. Puertas automáticas (58%), suelos antideslizantes (47%) y rampas (34%) son los elementos no disponibles en los hogares castellanoleoneses que podrían facilitar la movilidad. Por el contrario, el ascensor (75%) o el plato de ducha (64%) son elementos que la mayoría, o bien ya lo tienen disponible, o bien consideran que no es necesario.
“En sociedades envejecidas, es necesario mejorar la accesibilidad a la vivienda para garantizar que actividades fundamentales, como ir a comprar o ir al médico, puedan efectuarse con facilidad”, explican las Dras. Manuela Alcañiz y Mercedes Ayuso, de la Universidad de Barcelona. En concreto, una de cada 3 personas mayores de 75 años tiene dificultades para acceder desde la calle a su vivienda, bien porque no hay ascensor, bien porque ha de subir de forma obligatoria escaleras, o por ambos factores.