El Ayuntamiento ribereño de Brazacorta ha llevado a cabo dos modificaciones en su ordenanzas: la de suministro de agua y la de la tasa del cementerio municipal. A ello se une el esfuerzo que está haciendo para lograr que el pueblo cuente con rocódromo para potenciar un deporte que está en auge.
Agua
En cuanto a la primera, se eleva a definitiva la ordenanza fiscal que regula la tasa por suministro de agua a domicilio al no haberse presentado alegaciones. Un cambio que provoca una cuota tributaria aplicando las tarifas de 25 euros al año haya o no consumo de agua, y de 0,40 euros por cada metro cúbico consumido. En la ordenanza anterior el pago obligatorio era de 15 euros anuales y de 0,35 euros por metro cúbico.
El motivo no es otro, explica su alcalde Roberto Losada, que el incremento de gasto que está suponiendo la subida de la energía, algo necesario para el funcionamiento de la bomba de agua. “Pagamos más de lo que sacamos por el servicio porque no cubrimos las facturas de la luz”, indica.
Cementerio
Por su parte, con respecto a la tasa del cementerio, se trata de una aprobación provisional, ya que el expediente está sometido a exposición pública hasta el próximo 18 de octubre.
Con este cambio se pretende que el coste por tumba esté alrededor de los 1.800 euros. Y es que en los últimos meses el Consistorio ha tenido que invertir en tumbas nuevas. “Teníamos 12, pero en los últimos años nos hemos quedado con tres de la parte antigua, por lo que hemos tenido que hacer más”, comenta el primer edil.
En realidad, la tasa costea lo que cuestan esos trabajos.
Rocódromo
Con vistas al futuro más inmediato, el Ayuntamiento de Brazacorta se encuentra a la espera de la comisión de Urbanismo para obtener el permiso que le permita construir su ansiado rocódromo.
Tras no conseguirlo en 2021, este año sí que ha logrado la ayuda de la diputación de Burgos dentro de su partida para instalaciones deportivas. Son 30.429 euros los que logra de esta línea de ayudas y ya ha puesto su maquinaria en marcha para culminar el proyecto.
La idea, comenta Losada, vino de manos de una familia del pueblo formada por cinco miembros en un municipio en el que a pesar de tener empadronadas a unas 55 personas sólo viven durante doto el año poco más de 30. “Nos lo propuso y nos pareció una buena idea. Es importante fomentar el deporte y nos consta que sobre todo desde la introducción de la escalada en las olimpiadas de 2020 es un deporte que está en auge y que cada vez interesa más”, explica el alcalde.
A este rocódromo se une la pista de pádel que ya se tiene desde 2017.
Porque la intención es primeramente ofrecer servicios a los vecinos de Brazacorta, indica, pero el objetivo va más allá con propuestas que atraigan sobre todo a la gente joven a vivir en el pueblo. Por ello el rocódromo será abierto a todo el que quiera utilizarlo y por ello desde el Ayuntamiento se marcan una meta más grande: conseguir ayudas para la construcción de casas públicas en el municipio.