La carretera BU-925, que une Aranda de Duero con el término municipal de La Gallega, es una de las elegidas por la Junta de Castilla y León para implantar un proyecto piloto de señalización inteligente para minimizar accidentes de tráfico con fauna.
Un proyecto diseñado por la consejería de Movilidad y Transformación Digital y la Universidad de Salamanca (USAL) que busca informar en tiempo real a los conductores sobre la probabilidad de irrupción de animales en la calzada.
Así, esta carretera -que atraviesa municipios ribereños como Quemada, Zazuar, Peñaranda de Duero, Arandilla, Coruña del Conde o Huerta de Rey-; es una de las once en Castilla y León que forman parte de este proyecto piloto. Ahora ha superado la fase de diseño experimental. Ahora, y las unidades de este prototipo (30) se han instalado en la BU-925, como también en otras 5 carreteras de la provincia de Burgos (CL-117, CL-632, BU-542, BU-820, BU-904), dos de Palencia (CL-615, CL-619), dos de León (LE-125, LE-420) y una de Soria (SO-920).
Gracias a estas señales se informa a los conductores si un animal se encuentra en la calzada, y si se supera un cierto umbral de riesgo, se emite una señal de alerta. Así, al concentrarse el aviso únicamente en momentos específicos, harán más difícil la habituación por parte de los conductores.
Según el estudio realizado por la Junta y el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca (USAL), una de las características más relevantes de la siniestralidad con fauna silvestre es que no se distribuye al azar, sino que se concentra en el espacio y el tiempo. “Espacialmente, es posible identificar tramos de carretera con especial concentración de accidentes con animales, normalmente en zonas boscosas, con vegetación natural, o próximos a puntos de agua. Temporalmente, resultan más frecuentes en determinadas épocas del año, ligados a ciertos periodos del ciclo anual de las especies, principalmente la época de celo. Asimismo, varían a lo largo del día, concentrándose al atardecer y las primeras horas de la noche, con un pico secundario al amanecer. La fase lunar también influye en los patrones de siniestralidad, con un incremento durante la luna llena, seguramente debido a una mayor movilidad de los herbívoros”, explica la consejera de Movilidad María González.
El proyecto
El diseño final de la señalización muestra tres posibles niveles de riesgo: Apagado - advertencia de que se está entrando en un tramo de especial concentración de accidentes con fauna; Amarillo - advertencia de que se está entrando en un tramo de especial concentración de accidentes con fauna en un momento en el que el riesgo de irrupción de un animal en la calzada es mayor de lo habitual; Rojo - advertencia de que se está entrando en un tramo de especial concentración de accidentes con fauna en un momento en el que el riesgo es mucho mayor de lo habitual.
En los últimos años en las carreteras autonómicas, la implicación de animales silvestres y domésticos en los accidentes de circulación es una de las causas con mayor incidencia en este tipo de incidentes, si bien no lo es el hecho de que haya víctimas. Por especies, el corzo ha sido responsable del 57,8 % de los siniestros, seguido del jabalí, con un 26,4 %, y el ciervo, con el 4,3 % de las colisiones.