La iglesia de Las Francesas (Valladolid) acoge hasta el 12 de febrero el proyecto expositivo ‘Fuera de lugar’, comisariado por el colectivo de creación contemporánea Néxodos. Participan un total de once artistas, dos de ellos procedentes de Aranda de Duero: Alejandro Martínez Parra y José Ignacio Gil. Muestran su obra en la ciudad vallisoletana junto con Beatriz Castela, Bettina Geisselmann, David Herguedas, Javier Ayarza, Javier R. Casado, María José Gómez Redondo, Nacho Román, Salim Malla y Tania Blanco.
La exposición, producida por la Fundación Municipal de Cultura de Valladolid, plantea una reflexión poliédrica sobre las periferias, concepto sobre el que trabaja desde hace cinco años el colectivo Néxodos, desarrollando proyectos de creación contemporánea. La propuesta formula una mirada plural sobre una materia de análisis que trasciende la consideración geográfica, para ser abordada indistintamente desde múltiples perspectivas: histórica, social, económica, tecnológica, psicológica, artística o geométrica.
“La periferia constituye, indudablemente, una toma de posición que nos sitúa fuera de lugar respecto a una determinada referencia. Es una localización relativa, por cuanto una misma situación puede ser excéntrica y central al mismo tiempo en función de su eje de gravedad, lo que siempre permite observar e intuir campos dialécticos de naturaleza compleja”, explica Javier Ayarza, coordinador del proyecto.
Las propuestas de los once artistas participantes asumen esa exploración y también el desafío de experimentar un cierto extrañamiento, habitando un espacio contingente e híbrido, con la carga simbólica y estética de una iglesia desacralizada empleada actualmente para usos culturales.
En este sentido, desde un punto de vista instalativo, se invita a una reocupación cuyo punto de partida despoja la nave central de los elementos accesorios que la caracterizan como sala de exposiciones, para recuperar su anterior fisicidad. En dicho contexto, un nuevo repertorio de piezas visuales y sonoras establecen una convivencia temporal con el imaginario del barroco.
“Ese diálogo añade al título de la muestra una interesante interrogante que dejamos abierta. Esa intencionada adaptación de obras contemporáneas al sentido y a las características de los distintos elementos arquitectónicos y ornamentales del templo, ¿las mantiene, o no, fuera de lugar?”, apunta Ayarza.
Cuatro proyecciones de Alejandro Martínez Parra
La propuesta artística de Alejandro Martínez Parra (Aranda de Duero, 1959) se basa en cuatro recorridos grabados en vídeo que desembocan en cuatro proyecciones independientes y simultáneas que se despliegan en las cuatro direcciones básicas: norte / sur / este / oeste hasta alcanzar las periferias de la ciudad. Su práctica artística es interdisciplinar, híbrida y fronteriza: acostumbrado a desarrollar proyectos específicos, emplea aquellos recursos y herramientas que le permitan explorar y obtener a través de sucesivas acciones hallazgos pertinentes.
En los ochenta, en Madrid, forma parte de Corps, grupo de escena performativa y multimedia, y del Espacio P dirigido por Pedro Garhel. Años más tarde es cofundador de A Ua Crag y de La Constructora-12.
Desde entonces trabaja en relación con la investigación sonora, la fotografía, el vídeo, la manipulación objetual y la escritura, todo ello orientado a hacer de la experiencia del arte una experiencia de vida. Profesionalmente trabaja desde su propio estudio, en el ámbito del diseño gráfico, editorial y expositivo, colaborando de forma asidua, entre otras instituciones, con el Museo de la Evolución Humana con quien ha desarrollado, desde su plataforma LaCasaCromática, como diseñador y agente cultural, numerosos proyectos expositivos y experiencias de arte y educación.
Actualmente desarrolla el proyecto denominado Compañía de Ideas Visibles, dedicada a la producción de diseño investigando en la relación de colaboración de artistas con oficios como la alfarería, la carpinteria y la metalistería.
José Ignacio Gil se decanta por el mármol
Por su parte, José Ignacio Gil (Aranda de Duero, 1965) con su instalación realizada con 78 losas de mármol de Espejón (Soria) plantea una reflexión sobre la relación profundamente asimétrica que se produce entre las periferias territoriales, abandonadas sin futuro una vez han sido extraídos sus recursos naturales, y los centros de decisión y poder.
El artista arandino reside en Valladolid desde 1996 donde realiza sus primeras exposiciones individuales. En 2012 su práctica pictórica marca un punto de inflexión al expandir su gramática visual a nuevos formatos y soportes. Desde entonces su trabajo, principalmente objetual, se desarrolla en series que activan una poética existencial utilizando materiales encontrados y elementos constructivos.
A partir de 2017 aborda proyectos vinculados al territorio relacionados con la actividad del colectivo Néxodos. En 2022 participó en Tierra, agua, fuego, en el Museo de Zamora, Yacimiento. Sinergias entre arte y ciencia, en el Museo de la Evolución Humana (Burgos), A bruit secret en Galería Javier Silva (Valladolid) y Recorrer. Caminos vecinales y otras derivas. III encuentro de creación contemporánea y medio rural en Candamo (Asturias).
Imagen de portada: Obra de José Ignacio Gil en primer plano./ DR