Cuatro empresas ribereñas son reconocidas por su esfuerzo ambiental
Son tres granjas en Hontoria, Peñaranda y Pinilla; y la arandina Aranda Coated
Cuatro empresas ribereñas han recibido el reconocimiento de la Junta de Castilla y León por su esfuerzo ambiental. Son cuatro de las 113 empresas que lo han obtenido en la comunidad autónoma, como agradecimiento a aquellas firmas que durante los últimos tres años han implantado el sistema de Gestión y Auditoría Medioambientales EMAS, que han adherido sus productos a la Etiqueta Ecológica Europea y que han obtenido su autorización ambiental.
Se trata de la granja de cerdos Hegaporc liderada por Joaquín Casado Olalla en Hontoria de Valdearados. En 2020 retiró los 25.000 pollos, adaptando las naves para dar cabida a cerca de 5.000 cerdos.
También lo recibe otra granja en Peñaranda de Duero destinada a 3.066 cabezas de ganado porcino, Gabi y Toñi; y la también explotación ganadera porcina Agropecuaria Montelobos de Pinilla Trasmonte.
Por su parte, la firma arandina Aranda Coated dedicada a la producción de bobinas de acero prepintado, ha sido distinguida tras la ampliación que ha realizado en el terreno de 40.000 metros que adquiría en 2018.
Del mismo modo, dentro de las organizaciones adheridas al sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales, ha sido la fábrica de GSK la que logra la distinción, por un registro que se remonta al año 2000.
La entrega de los reconocimientos se ha celebrado en el transcurso de la jornada ‘Sostenibilidad en empresas’, que ha presidido el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien defiende una relación positiva entre economía y medio ambiente.
La autorización ambiental, tanto del sector industrial como agroganadero, es un requisito indispensable de las empresas para explotar la totalidad o parte de sus instalaciones. Para conseguirlo, el promotor debe acreditar que los posibles focos de contaminación y los riesgos de accidentes mayores cuentan con sistemas y protocolos para minimizarlos. Estas autorizaciones se revisan periódicamente para adaptarlas a las mejores técnicas disponibles en cada momento, a fin de reducir progresivamente la incidencia ambiental.
Cuatro empresas ribereñas han recibido el reconocimiento de la Junta de Castilla y León por su esfuerzo ambiental. Son cuatro de las 113 empresas que lo han obtenido en la comunidad autónoma, como agradecimiento a aquellas firmas que durante los últimos tres años han implantado el sistema de Gestión y Auditoría Medioambientales EMAS, que han adherido sus productos a la Etiqueta Ecológica Europea y que han obtenido su autorización ambiental.
Se trata de la granja de cerdos Hegaporc liderada por Joaquín Casado Olalla en Hontoria de Valdearados. En 2020 retiró los 25.000 pollos, adaptando las naves para dar cabida a cerca de 5.000 cerdos.
También lo recibe otra granja en Peñaranda de Duero destinada a 3.066 cabezas de ganado porcino, Gabi y Toñi; y la también explotación ganadera porcina Agropecuaria Montelobos de Pinilla Trasmonte.
Por su parte, la firma arandina Aranda Coated dedicada a la producción de bobinas de acero prepintado, ha sido distinguida tras la ampliación que ha realizado en el terreno de 40.000 metros que adquiría en 2018.
Del mismo modo, dentro de las organizaciones adheridas al sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales, ha sido la fábrica de GSK la que logra la distinción, por un registro que se remonta al año 2000.
La entrega de los reconocimientos se ha celebrado en el transcurso de la jornada ‘Sostenibilidad en empresas’, que ha presidido el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien defiende una relación positiva entre economía y medio ambiente.
La autorización ambiental, tanto del sector industrial como agroganadero, es un requisito indispensable de las empresas para explotar la totalidad o parte de sus instalaciones. Para conseguirlo, el promotor debe acreditar que los posibles focos de contaminación y los riesgos de accidentes mayores cuentan con sistemas y protocolos para minimizarlos. Estas autorizaciones se revisan periódicamente para adaptarlas a las mejores técnicas disponibles en cada momento, a fin de reducir progresivamente la incidencia ambiental.