De Innovaciones

11/04/2023 6:26 | SUSANA GUTIÉRREZ

A través de una ‘nota de prensa’, nuestro Ayuntamiento nos comunica que Aranda, “ha sido merecedora de la renovación de la distinción Ciudad de la Ciencia y la Innovación”. Es más, nos cuentan que a la ministra “le encantaría poder felicitar y entregar el diploma” por este motivo a nuestra regidora que viajará hasta Sagunto para recogerlo. Y ante esto, la pregunta es: ¿Qué nos ha hecho merecedores de tal reconocimiento? Ya llevamos tiempo en esa red denominada Innpulso, un tema tan escasamente tangible que casi nunca llegamos a entender. Mucha reunión, mucha ponencia, mucha reflexión y mucha exposición de una ciudad ideal que no coincide con la realidad de una gestión. Una auténtica fantasía.

Buscando en la página oficial sobre el significado de esa distinción, dicen textualmente, que reconoce la labor de estas “urbes en cuanto al impulso de iniciativas que parten de la innovación para transformar los territorios y crear más y mejores oportunidades de trabajo para la ciudadanía, en especial para los jóvenes”. Alá, así, sin paños calientes.

Si fuera la secuela de una película, el tráiler quedaría algo así como: De los creadores del premio a la mejor alcaldesa de España, ahora llega la reedición de la distinción de Ciudad de la Ciencia y la Innovación. Esa reflexión surge simplemente con mirar alrededor y ser conocedores de que los títulos tienen que ser constatados por acciones. Que las aspiraciones tienen que venir respaldadas con realidades. En caso contrario, suena similar a que te regalan un máster.

Podría poner ejemplos de cosas contundentes, de proyectos importantes, pero me gustaría comenzar por una cosa simple y sencilla vinculada al día a día, pero que tiene que ver mucho con la Ciencia y la Innovación (o más bien la falta de ella). Cada vez son más los usuarios que lamentan el estado de abandono político (no laboral) que sufre, por ejemplo, la biblioteca municipal. La wifi no da para todos, las butacas rotas, las mesas datan del pleistoceno antiguo (no hablamos de la zona noble, sino de la funcional) … Los dispositivos digitales no se enchufan directamente en las mesas, como en una biblioteca moderna que se precie, y hay que hacer filigranas cruzando cables por el suelo, siempre que se tenga la fortuna de estar situado cerca de un enchufe. La importancia que dan en el Consistorio a esta instalación cultural quedó claramente retratada con el año y medio en el que no pudieron ni comprar libros. Las pintadas en columnas y mobiliario, es otro tema, que ese depende de la educación.

De la biblioteca, se puede saltar hasta el Centro Cívico Virgen de las Viñas. Esa instalación que copa titulares como sede del ‘futuro’ sueño universitario. Se supone que, con la llegada de las Ciencias de la Salud, llegará la modernidad y la innovación, porque ahora fuera de la zona de la UNED no existe ni wifi, a pesar de que alberga cursos y talleres que lo hacen indispensable. 

Desde luego la innovación nos invade en forma de  barreras arquitectónicas, de autobuses diesel, de contratos de limpieza obsoletos, o reflejada en las aceras de asfalto que son, sin lugar a dudas, el último grito en cuanto a modernidad.