La Guardia Civil ha levantado un acta denuncia tras verificar una infracción a la Ley de Caza de Castilla y León, por omitir el obligado precintado de un ejemplar macho de corzo (Capreolus capreolus), que había sido abatido y era transportado en el maletero de un vehículo.
Los hechos ocurrieron durante el pasado fin de semana la ribera del Duero, cuando una patrulla receló de la maniobra realizada por un todo terreno, aparentemente esquiva, al abandonar el camino terrizo por el que circulaba, cuando sus ocupantes se percataron de la presencia del vehículo oficial.
Los agentes le interceptaron e identificaron a sus dos ocupantes, que se hallaban en actitud claramente nerviosa, por lo que decidieron practicar un registro al interior del vehículo y a su maletero. Allí localizaron un arma de caza y en el maletero el cuerpo sin vida de un corzo, con evidencias de haber sido recientemente abatido.
El animal carecía del obligado precinto que debe colocarse en su cuerna una vez cazado, y que permite su traslado y posterior transporte; y no supieron dar una respuesta coherente del motivo de dicha omisión. Llamó la atención el hecho de poseer la documentación personal, la de caza y las autorizaciones cinegéticas correspondientes para la caza del corzo en vigor.
Correcto precintado de las piezas de caza
Además de portar la documentación particular, la del arma, seguro, el propio precinto y autorizaciones del titular del terreno cinegético donde se va a cazar, se recuerda el obligado y correcto precintado de la pieza abatida.
El precinto legaliza la caza del corzo, determina el terreno cinegético donde ha sido abatido y autoriza su lícito traslado y transporte; debe colocarse en la cuerna del cérvido una vez dado muerte y siempre antes de moverlo, conforme a lo estipulado en la Ley de Caza de nuestra Comunidad sobre el precintado de piezas de caza.