Ocho nuevos establecimientos han entrado a formar parte de la Ruta del Vino Ribera del Duero. Entre ellos cuatro bodegas elaboradoras: Zifar (Peñafiel), Virtus (Aldeayuso), Valdebodega (San Bernardo) y Raíz de Guzmán (Roa de Duero), esta última añadiendo, también, su hotel a la oferta de la Ruta. En el apartado de alojamientos, se adhieren el Hotel Rural El Envero (Pesquera de Duero) y la Casa La Cantina (La Horra). A su vez, el ocio se ve incrementado con la Bodega Histórica La Olmilla (Peñafiel) y la restauración con la inauguración del espacio gastronómico Ágora de Protos (Peñafiel).
Los nuevos socios se suman al proyecto de la Ruta que ya supera los 220 adheridos, creando una red de establecimientos que garantizan la calidad turística de la marca Rutas del Vino de España y que engrosan la oferta para los visitantes. Entre los servicios de los que se benefician los asociados, destacan la continua promoción multicanal, el asesoramiento en su estrategia turística, la señalización, la formación y el acceso a ferias, mercados de contratación o viajes de prospección para agencias, entre otros.
Y en estos momentos, la Ruta cuenta con más de una decena de empresas en espera para ser integradas en el proyecto, a las que se irá sumando progresivamente. En palabras de su gerente, Sara García, “nuestra prioridad no es crecer en número de asociados, de hecho, no realizamos campañas de captación porque el interés de las empresas y pueblos nos llega de forma natural. Nuestra comarca es un territorio complejo, es muy grande y diverso, por ello es fundamental que los adheridos se incorporen de forma progresiva para que el proyecto no pierda su esencia y siempre mantengamos una oferta acorde a las expectativas del cliente. Es un trabajo que se asemeja a la crianza de un vino: es una tarea que necesita sus tiempos para que los resultados sean los esperados, tanto para el destino como para los turistas”.
Más oferta para los pueblos pequeños
Es llamativo, además, que muchas adhesiones pertenecen a localidades más pequeñas, lo que evidencia que el enoturismo está consolidado como parte del tejido empresarial y puede suponer una oportunidad de desarrollo profesional, que contribuya al bienestar socioeconómico de nuestros pueblos. Otros, como Casa La Cantina en La Horra, son nuevos proyectos que nacen por el amor de emprendedores descendientes de ribereños, que han decidido rehabilitar la casa familiar para su uso turístico.