Más vale tarde
Los relojes-termómetros de los Jardines y de Juan de la Cierva vuelven a funcionar
El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Aranda de Duero, ahora en funciones, acaba el mandato con un buen sabor de boca: con los dos relojes y termómetros municipales, nunca mejor dicho, en funcionamiento.
Tras marcar las cero horas durante más de un año, tras un intento de arreglo que apenas duró unas semanas, este viernes tanto el termómetro de los Jardines de Don Diego como el de la glorieta Juan de la Cierva volvían a marcar la temperatura. Y la hora.
Los dos elementos llevan años estropeados, únicamente con arreglos provisionales y de poca duración. Y es que el Ayuntamiento no ha tenido mucha suerte con ellos desde que se hizo con ellos. En marzo de 2018 la empresa que los tenía en propiedad los cedía al Consistorio, pasando así a formar parte del patrimonio local después de tres décadas de funcionamiento. La idea era buena, ya que con ello se conseguía contar con dos elementos para que únicamente tuviese publicidad institucional, pero con junto a ella llegaba una obligación: la de hacerse cargo de su mantenimiento y averías que surgiesen.
A partir de ahí comenzaron a llegar los problemas con sucesivos fallos. Y aunque su arreglo era relativamente fácil, si bien en algunas ocasiones se han solucionado, llegaron los problemas burocráticos porque según los técnicos municipales el mantenimiento de estos elementos debería estar contratado con una empresa, para lo que era necesaria una licitación con pliego incluido.
La última vez que fueron arreglados fueron los propios operarios del Ayuntamiento los que cambiaron las piezas. No con mucha suerte, ya que el arreglo apenas duró unos días.
Un año después, al fin podemos saber la hora y la temperatura si estamos en la calle mirando a alguno de estos dos elementos. La incógnita es cuánto durará esto…
El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Aranda de Duero, ahora en funciones, acaba el mandato con un buen sabor de boca: con los dos relojes y termómetros municipales, nunca mejor dicho, en funcionamiento.
Tras marcar las cero horas durante más de un año, tras un intento de arreglo que apenas duró unas semanas, este viernes tanto el termómetro de los Jardines de Don Diego como el de la glorieta Juan de la Cierva volvían a marcar la temperatura. Y la hora.
Los dos elementos llevan años estropeados, únicamente con arreglos provisionales y de poca duración. Y es que el Ayuntamiento no ha tenido mucha suerte con ellos desde que se hizo con ellos. En marzo de 2018 la empresa que los tenía en propiedad los cedía al Consistorio, pasando así a formar parte del patrimonio local después de tres décadas de funcionamiento. La idea era buena, ya que con ello se conseguía contar con dos elementos para que únicamente tuviese publicidad institucional, pero con junto a ella llegaba una obligación: la de hacerse cargo de su mantenimiento y averías que surgiesen.
A partir de ahí comenzaron a llegar los problemas con sucesivos fallos. Y aunque su arreglo era relativamente fácil, si bien en algunas ocasiones se han solucionado, llegaron los problemas burocráticos porque según los técnicos municipales el mantenimiento de estos elementos debería estar contratado con una empresa, para lo que era necesaria una licitación con pliego incluido.
La última vez que fueron arreglados fueron los propios operarios del Ayuntamiento los que cambiaron las piezas. No con mucha suerte, ya que el arreglo apenas duró unos días.
Un año después, al fin podemos saber la hora y la temperatura si estamos en la calle mirando a alguno de estos dos elementos. La incógnita es cuánto durará esto…