Lo estaban esperando como agua de mayo. Algunos ni tan siquiera han sido capaces de dar ese tiempo de gracia y el ansia les ha podido. En fin, se han cumplido los cien días de gobierno municipal y, eso, en principio, no significa nada más allá que la vida municipal sigue adelante, pero con más jolgorio. Los cien días de gobierno han coincidido exactamente en el tiempo con la vuelta al Ayuntamiento, tras ganar en los Tribunales, de una letrada municipal despedida hace casi tres años en una decisión tomada por la entonces alcaldesa, con el apoyo de la secretaria General. Un ‘capricho’ que nos va a costar a todos los arandinos 18.000 euros en daños morales. Sí, tristemente, lo vamos a pagar todos, porque es muy barato tomar decisiones con el dinero de otros. En varias crónicas, en estos últimos tres años, he hablado de ese caso, porque siempre me ha parecido un ejemplo gráfico de una forma de gobernar que ha intentado pisar y pasar por encima de todo lo que no bailaba a su son (algo que nos suena a muchos). Ahora, una de las ejecutoras de ese hecho que nos va a costar miles de euros está fuera del Ayuntamiento. La otra no, sigue liderando aquello que alguien denominó como un 'Clan' de funcionarios. Según tengo entendido, ha puesto palos en las ruedas hasta el último minuto, y ha tenido que ser la justicia por segunda vez la que diga que aquella decisión política y jurídica fue “injustificada” y “discriminatoria”. Una sentencia que no se va a recurrir.
Respecto a los cien días, la oposición está rabiosa, especialmente los dos partidos mayoritarios. Fuera de micrófonos lanzan el mensaje de que al nuevo equipo de gobierno se le permite todo y que la calle (y la prensa) está con ellos. Ambos partidos, sorprendentemente, comparten idénticas tesis, aunque al Partido Popular se le ha visto más el plumero porque dio primero el paso de convocar una rueda de prensa. No midió muy bien el posible ridículo al criticar las fiestas patronales con unos argumentos tan superficiales como que el alcalde se escriba a sí mismo un discurso y opte por la reivindicación, frente a los ya tradicionales discursos de los últimos años, escritos por un tercero, que se recitaban sin mayor sentimiento para autobombo de las “espectaculares” fiestas organizadas. O que una asociación lleve un centro de flores a la Virgen de las Viñas en la Ofrenda… Temas de tal calado (léase con ironía) que despiertan hasta las risas colectivas. Ya no digamos afirmar que no saben nada de la feria taurina, cuando hace un centenar de días, cedieron el testigo de una construcción (la plaza de toros) que no cumple la legalidad, con una licencia de apertura tumbada por el juzgado y un vericueto legal de dejarla fuera de ordenación también anulado por la justicia que sacó los colores por enésima vez al Ayuntamiento. Quizás desde el Partido Popular a nivel provincial han mostrado cierta torpeza al nombrar a una portavoz que en los últimos ocho años ha sido miembro ejecutor de la herencia trasladada. Con ello, parece desacreditada para sembrar ese tipo argumentos. Dicen que es de preescolar de asesoría política que ante unas circunstancias como estas, alguien ‘virgen’ en la gestión municipal estaría más armado para liderar una oposición. Se han cruzado también ciertos límites sobre la vida privada de los cargos públicos, un peligroso precedente que les puede salpicar a todos (o por lo menos algunos).
Habrá cosas para criticar al equipo de gobierno, pero con esta forma de hacer oposición lo que están consiguiendo es hacer la marca Sentir Aranda más grande entre los ciudadanos. Desde luego que en los cien primeros días no se ha cumplido lo prometido en el programa electoral, eso es una realidad objetiva y que se constata echando un vistazo al listado de 14 tareas prometidas que la mayor parte de ellas está pendiente. El papel todo lo aguanta y se vinieron demasiado arriba en pretensiones, y eso pasa factura. Sin embargo, las formas han cambiado y, eso, a los ciudadanos les ha gustado. En cualquier caso, como ya manifesté en mi última crónica, los gestos no valen eternamente y ahora llegará su hora de la verdad… Aquí estaremos para contarlo…