Los vecinos del Polígono Residencial se ven abocados a suspender sus fiestas del barrio

La subvención de 2023 ni siquiera se ha convocado y apenas les queda dinero para dos meses

22/01/2024 11:22 | Begoña Cisneros

La Asociación de vecinos del barrio del Polígono Residencial saca a relucir un problema que están sufriendo todas las asociaciones de Aranda de Duero, no sólo las vecinales, a las que les llegan las ayudas de manos del Ayuntamiento a través de subvenciones no nominativas. Y eso ya está trayendo importantes consecuencias, como la suspensión de las próximas fiestas del barrio.

Las subvenciones no nominativas son aquellas que salen a través de una convocatoria, en la que las asociaciones (de vecinos, juveniles, culturales, AMPA…) presentan sus proyectos con el objetivo de conseguir dinero para realizarlos. Estamos en 2024 y las del año anterior no han salido tan siquiera, por lo que todos los colectivos que cuentan con ese dinero para el desarrollo de sus actividades temen que puedan hacerse.

Cuenta el presidente de la Asociación de vecinos del barrio del Polígono Residencial, José Manuel Bernal, que la situación es bastante insostenible para una asociación que ya de gastos fijos, -entre limpieza, teléfono y seguro-, superan los 200 euros al mes. “Ahora mismo sólo tenemos dinero para afrontar dos meses”, señala.

En la última reunión se tomaba una decisión drástica: la de suspender las fiestas del barrio que tendrían que celebrarse durante la primera semana de junio simple y llanamente “porque no tenemos dinero”.

Pero no sólo esa es la única actividad que se suspende, también lo hace la de las Águedas y la de la noche de San Juan. “No podemos gastar dinero en unos chocolates y unos bizcochos ni siquiera”, expone Bernal.

Estos son los extras, porque la asociación, con 350 familias socias cuenta con más actividades abiertas. Y estas también se tambalean, porque a pesar de que son gratuitos sus talleres, sí que necesitan de material. Necesitan un aparato para proyectar presentaciones, o unos relojes para el taller de ajedrez. “No podemos comprar ni eso, unos simples relojes”, se lamenta el presidente. Tampoco se pueden adquirir ordenadores para los talleres de informática. Todas estas actividades son gratuitas porque hay personas que se ofrecen para dar las clases sin cobrar, pero necesitan de material para darlas.

De momento se van a pasar las cuotas a los socios, y gracias a ello se contará con algo de dinero, pero el futuro es bastante incierto. “Nos limitaremos a mantener la sede”, dice Bernal, que no entiende que desde el equipo de gobierno se amparen diciendo que en 2024 cobrarán el dinero correspondiente a dos años para unas actividades que no se podrán hacer, precisamente, porque no han salido las subvenciones. “Creo que es una labor muy buena la que hacemos por la gente, aparte de velar por el cuidado del barrio, y nos merecemos algo mejor”, termina diciendo el presidente de la asociación.