La situación que están viviendo los vecinos de Fresnillo de las Dueñas, provocada por los problemas de convivencia que se está generando con una familia de okupas, se está haciendo insostenible. Hace medio año llegaba una pareja joven con sus niños a vivir en un piso y a partir de ahí todo ha ido de mal en peor.
Se trata del inmueble de cuatro plantas que se encuentra en la plaza Curato, precisamente en el que el Ayuntamiento actuó en verano de 2022 contratando la elaboración de dos murales al artista Nano Arribas Lázaro. El pasado verano comenzó a habitar en una de las viviendas de la planta baja una familia procedente de Aranda de Duero. “Los vecinos pensaban que habían comprado el piso, incluso les ayudaron”, comenta el alcalde de la localidad Gustavo García.
Pero no era así, y lo han sabido cuando los problemas de convivencia han llegado a ser importantes. a los enfrentamientos con los vecinos, amenazas, denuncias a la Guardia Civil, se añaden robos en otras viviendas y solares que antes no habían sucedido y que hacen sospechar a los que allí viven. “El otro día entraron a sustraer chatarra en un solar, les llamaron la atención y se encararon con la persona que lo hizo”, comenta una de las vecinas de Fresnillo.
La cosa va a más, porque ya no sólo vive la primera familia que llegó, sino que las personas que entran y salen de la vivienda son varias. “Hay mucho movimiento de personas y no sabemos cuánta gente vive allí”, señala otro vecino.
Desde el Ayuntamiento, prosigue el alcalde, se acudió al catastro para conocer la titularidad de la vivienda, y la sorpresa llegó cuando se vio que pertenece a una entidad bancaria. “Nos hemos puesto en contacto con ellos para darles a conocer la problemática que existe”, comenta García, explicando que “apelamos a responsabilidad de propietario para que denuncie la ocupación”.
También se ha puesto en conocimiento de la subdelegación de gobierno lo que está ocurriendo: problemas de convivencia y salubridad. De momento, sólo tienen constancia de que los servicios sociales de la Diputación de Burgos se han reunido con la familia.
La situación ha llegado hasta tal punto que varios vecinos han creado un grupo de wasap y han solicitado en el Ayuntamiento la utilización de una sala para celebrar una reunión, pensando en llevar a cabo algún tipo de movimiento ciudadano. Un movimiento pacífico, advierten, pero que busca una solución para el problema que se ha generado.
“No se trata ni de racismo ni xenofobia”, advierte el alcalde cuando se pone de manifiesto que los que habitan en ese piso pertenecen a la etnia gitana. “Es un problema de convivencia, y aunque reconozco que es injusto que una familia con niños o tenga una vivienda, de lo que se está hablando aquí es de un verdadero problema de convivencia”, se lamenta Carcía, esperando que tanto los propietarios como las autoridades que tienen la competencia “tomen cartas en el asunto antes de que esto no llegue a más, porque la inseguridad y las amenazas no paran”.