Los agricultores ribereños entran en los supermercados

Recuerdan la cantidad de productos que consumimos de otros países con productos químicos no permitidos en Europa

16/02/2024 8:17 | Begoña Cisneros

Las protestas de los agricultores ribereños no se están haciendo sólo desde el tractor. Porque también quieren recordar que la situación también está siendo difícil para los consumidores. Así, han acudido a supermercados arandinos para informar que son muchos los productos frescos que llegan de países de fuera de Europa a las tiendas.

Productos, explican, que no tienen la misma calidad que los españoles y que se compran de forma masiva por los grandes empresarios para ganar más dinero, porque pagan menos por el producto a cambio de una mano de obra que se puede tildar de esclavista.

El problema de los agricultores españoles tiene que ver mucho con los intermediarios, que compran el producto a precios irrisorios mientras que lo venden hasta un 400% más caro. Y hay ejemplos. Un brócoli que compran a 54 céntimos y venden a 3 euros, patatas que pagan a 32 céntimos y venden a casi 2 euros…

Nuestros supermercados, avisan, ponen en sus estanterías productos llegados de otros países como Marruecos, Perú, Brasil o China.  Y esto, reflejan los agricultores, “tienen que saberlo los consumidores”.

Por ello han optado por concienciar a los compradores de lo que ocurre, y proponen cambios como el aumento del etiquetado en lo que respecta al país de procedencia para que el consumidor lo vea

"Ha habido agricultores concienciando a la gente de porqué se debe preferir el producto nacional, así como hablando con los encargados de los supermercados explicando sus reivindicaciones y proponiendo cambios como el aumento de tamaño del etiquetado del país de procedencia para que se vea perfectamente no como ahora", explica Eloy Miguel Navazo, agricultor de Vadocondes.

Recuerdan que la pérdida de producción de alimentos obligaría a importar productos de peor calidad, que esa pérdida de oferta en mercado conllevará un aumento de precios y que numerosos alimentos importados se producen con productos químicos cancerígenos que están prohibidos en la Unión Europea.

Protestan por su futuro, pero también por el futuro de las personas que compran. Recuerdan que la pérdida de rentabilidad en el sector primario afectará en cadena al resto de sectores.