Hablamos con él sobre el presente y el futuro de un Tubos Aranda que sigue peleando por meterse en el playoff de ascenso pero también ha comenzado a diseñar el próximo proyecto de plantilla
P. Una renovación querida por ambas partes
R. Efectivamente. Quiero agradecer a toda la junta directiva la confianza depositada en mí desde el principio. Lo hicieron en el mes de octubre cuando la situación no era sencilla, y luego hemos conseguido una comunión magnífica entre jugadores, afición, directiva, y cuerpo técnico. He comprobado cómo se vive el balonmano en esta ciudad y no sólo en los partidos en el Santiago Manguán, que es increíble, sino también fuera de casa, como el partido de Oviedo donde emocionalmente fue una experiencia tremenda. Así que contento, feliz, y esperanzado para seguir creciendo, compitiendo, y trabajando en lo que resta de temporada, que es ahora mismo lo más importante. Y de cara a futuro trataremos de elaborar un proyecto que siga manteniendo a Aranda como uno de los referentes del panorama balonmanístico español. El acuerdo de renovación es de un año porque me gusta ir pasito a pasito en todos los aspectos de la vida.
P. Por lo tanto fue un sí quiero sencillo y fácil
R. Yo lo dije nada más llegar. Aranda me motivaba y su proyecto también. Por eso me vine para acá y acepté la oferta que me propuso el club en octubre. Luego conforme ha ido pasando el tiempo he comprobado lo gratificante que es trabajar en esta ciudad, donde te ponen muchas facilidades para disfrutar del balonmano, que es lo que más me gusta. Además los jugadores desde el primer día han confiado en el proyecto y han podido desarrollar las virtudes que tienen. Poco a poco y semana a semana hemos logrado convertirnos en un equipo con mayúsculas donde cualquiera de ellos aporta su granito de arena.
P. ¿Ahora además ilusionando a la afición de nuevo con disputar un playoff de ascenso?
R. Está difícil pero nosotros no vamos a renunciar a nada. La liga es muy bonita y muy competida y va a depender de las dinámicas. Todos tenemos muy claro dónde queremos estar y vamos a dejarnos la piel y lo que haga falta por intentarlo. No vamos a cejar en el empeño de seguir creciendo. También tenemos que ser autocríticos porque el equipo necesita consolidar cosas importantes para llegar a esa fase de ascenso. Es un camino de obstáculos que tenemos que ir superando jornada a jornada de aquí al final.
P. ¿Cómo ves este tramo final de liga?
R. Hemos demostrado que podemos ganar fuera de casa y eso nos hace fuertes mentalmente, como ocurrió en Oviedo, Agustinos, o Novás. No hay rival pequeño en la División de Plata y todo va a estar muy ajustado. Debemos hacernos fuertes en nuestro pabellón y tener paciencia. Saber que se van a ganar partidos y se van a perder también.
P. Además de la competición actual también estáis diseñando ya el proyecto de la próxima temporada. ¿Cómo se complementan ambos aspectos?
R. Hay que tener mucho cuidado pero no podemos obviar que ese trabajo se está realizando desde hace tiempo. Es un tema que puede desviar un poco la atención pero que hay que llevar a cabo sin prisa pero sin pausa. Evidentemente los jugadores empiezan a estar pendientes de su futuro y debemos comprenderlo. Hay que trabajar con la anticipación pertinente. Todo pasa por mantener el bloque de jugadores que nos está dando un buen rendimiento y luego habrá que añadir algunos más que nos puedan ayudar en determinadas posiciones. Hay una comisión técnica que nos está ayudando desde Navidad con una labor encomiable de seguimiento de jugadores y visionado de distintas ligas.
P. Ya en el plano personal nos gustaría conocer como te inicias en el mundo del balonmano
R. Pues de forma muy curiosa. Yo siempre he jugado al fútbol desde pequeño. Y siendo cadete de primer año acompañé a mi hermano mayor a un entrenamiento de balonmano porque él jugaba a este deporte. Y un día estaba en la grada viendo una sesión y me preguntaron que sí me gustaría bajar a la pista a entrenar con el equipo. Lo hice, me gustó, y al final acabaron haciéndome ficha con lo que compaginé fútbol y balonmano ese año. Pero ya al siguiente me decanté por el balonmano. También practiqué judo hasta los 18 años.
P. ¿También empezaste a entrenar siendo muy joven?
R. Siendo juvenil me saqué el título de nivel uno de monitores. Era obligatorio para todos los jugadores juveniles del equipo y saqué el número uno de aquella promoción. Luego la Federación de Castilla la Mancha de Balonmano me becó para hacer el curso territorial y ya con 17 años me saqué el nivel dos, y al año siguiente conseguí el nivel 3. Desde los 17 años empecé a entrenar equipos y a los 18 llevé un equipo senior ya, a la vez que seguía jugando. Colgué las zapatillas de jugador a los 26 para dedicarme ya exclusivamente a los banquillos.
P. ¿Tú mejor y tu peor recuerdo como entrenador?
R. El mejor fue el ascenso con el BM Alarcos a la División de Plata en la temporada 2013-14. Porque fue con mucha gente de la casa y en un año donde curramos muchísimo para lograrlo. Y el peor quizás una fase de ascenso desde 2ª división con un equipo muy joven en Ciudad Real. Nos enfrentamos contra Puerto Sagunto y perdimos por un gol sobre la bocina que nos dejó muy tocados.
P. Importante en tu labor técnica fue la llamada de la Federación Española de Balonmano
R. Fue casi de casualidad mi llegada pero al final fueron siete veranos trabajando con varias secciones Había estado trabajando en los campus de tecnificación en Soria y llegué a los Hispanos Juveniles a través del presidente de la Federación de Castilla la Mancha de Balonmano. Estaba previsto que desempeñara el cargo de jefe de expedición de los llamados Juniors de Oro en el Mundial de Bosnia y una semana antes de viajar se puso enfermo y no pudo acudir. Me llamaron a mí y les ayudé en el apartado de vídeos y preparación de jugadas. Y a partir de ahí estuve siete veranos con la Federación, que para mí fueron maravillosos porque aprendí mucho. Fueron muy intensos porque disfruté muchísimo en Mundiales y Europeos. Imagínante lo que es ganar dos medallas de plata en el Campeonato del Mundo y también una medalla de bronce en un Europeo. Una formación muy importante para mí.
P. ¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Aranda?
R. Muy gratificante desde el punto de vista deportivo y personal. Me he adaptado rápido aunque estoy muy volcado en el balonmano y no tengo mucho tiempo. Tengo en mente salir un poco más y conocer algo más en profundidad el entorno, porque también es necesario. Le dedico muchas horas al tema de entrenar pero estoy intentando organizarme mejor para disponer de más horas para el ocio.