De Cuestiones...

Lo sucedido en el Ayuntamiento de Ávila se asemeja a la hoja de ruta marcada en Aranda

16/04/2024 6:00 | SUSANA GUTIÉRREZ

Lo sucedido en el pleno del Ayuntamiento de Ávila el pasado jueves, parece ser una secuencia calcada a la que está por venir en el Consistorio arandino. Un alcalde de una formación independiente que no suma mayoría absoluta, una oposición formada por Partido Popular, Partido Socialista y Vox; unos presupuestos que no tienen apoyos, una cuestión de confianza que se pierde y treinta días por delante para hacer una moción de censura. Aderezado allí con un escrito firmado por los concejales del PP para liderar un cambio de gobierno que no tiene apenas papeletas para ser una realidad.

Aquí, se dan exactamente los mismos ingredientes a grandes rasgos. Seguro que en el trasfondo de las cifras habrá muchos matices diferentes, pero el cascarón del asunto es idéntico. Se asemeja a una adaptación de película. Sí, es verdad que allí llega antes, mientras que aquí todavía tardará algunas semanas más porque, de momento, ni tan siquiera se sabe en qué van a quedar las enmiendas. Otra divergencia está en que en Aranda el gobierno está integrado por tres formaciones (mejor dicho, cuatro), mientras que en la capital abulense es unicolor. En cuanto a las ganas de poder mover el avispero en el aspecto de que alguno de los partidos de la oposición intente liderar una variación de color político, hay rumores en que algo se puede enredar en la misma línea que en Ávila; pero, seamos sinceros, no veo posibilidad alguna de acuerdo (para formar un gobierno alternativo) tal y como está el panorama patrio. Eso como argumento principal, pero también se une una tesis complementaria. Se saca un mayor rendimiento de futuro con un ‘pinza’, que con un gobierno antinatura. Eso es de preescolar de política. La batalla real está en 2027 y no ahora… Es así.

También dicen que es de manual (y lo comparto), que el primer año de mandato es muy pronto para afrontar el desgaste de una cuestión de confianza. Hay un máximo de dos a lo largo de los cuatro años que se pueden vincular a presupuestos, reglamento, ordenanzas fiscales, o instrumentos de planeamiento general. El optar por esa posibilidad tan pronto es una especie de representación definitiva de que el entendimiento no es posible, y todavía quedarán tres años y muchos aspectos por delante como la Relación de Puestos de Trabajo, el retén de bomberos y  tantas cosas... Seguramente, la fricción total ya es patente y real (no hay nada más que ver el ambiente), pero esto lo escenificará mucho más aún.

Haciendo histórica, he asistido en Aranda a otras dos cuestiones de confianza, ambas vinculadas al presupuesto, y siendo alcalde Luis Briones. Eso sí, en diferentes mandatos. La primera de ellas, en marzo de 2002, un año antes de las elecciones cuando el PSOE gobernaba con el RAP y en la oposición estaban el Partido Popular e Izquierda Unida que salió del gobierno tras el Escandalo de Cultura, una de las cosas más graves sucedidas en este Ayuntamiento. La segunda, en 30 de agosto de 2009, a algo más de año y medio de las elecciones y con unos presupuestos previos eternamente prorrogados. Gobernaba en solitario el Partido Socialista y de frente tenía a PP, IU y PCAL. En ninguna de las dos hubo moción de censura. Tampoco se tuvieron que agotar las dos que existen por ley, pero también es verdad que había menos tiempo por delante para la cita con las urnas.

En realidad, estamos hablando de cuestión de confianza, como ya he comentado, sin haber alcanzado el final de la tramitación administrativa de las enmiendas, y el dictamen de la comisión informativa de Hacienda. Y es que ahí también hay tema. Las propuestas de los grupos tienen ya el informe de intervención, y hay otro informe jurídico que dice que la última potestad de incluirlas o no en un pleno es del alcalde. Un informe del vicesecretario que no ha gustado a la oposición, que ha pedido un contrainforme de la secretaria. Si dice lo contrario, ¿habrá que buscar un tercero? ¿en dónde? Eso es un pequeño ejemplo (de muchos) que muestran que las aguas no sólo vienen revueltas en el plano político. Cuando los funcionarios, y sus luchas de poder, comienzan a convertirse en noticia casi al mismo (o mayor) nivel que los políticos, mala señal … Y esto acaba de empezar.