Las sensaciones no son nada buenas en lo relativo al agua que bebemos en la comarca ribereña. El grupo de Polímeros de la Universidad de Burgos ha llevado a cabo un estudio del agua que sale de nuestros grifos. Y aunque las muestras no se han hecho en todas las localidades, ya que han sido las que han recibido de personas voluntarias, el resultado no es todo lo positivo que se querría.
Porque de los 13 análisis que se han realizado en la Ribera, en un 61,5% de los casos se ha observado un alto nivel de nitratos. Se trata de un porcentaje mucho mayor que el 33,6% de exceso de nitratos que se ha obtenido en toda la provincia de Burgos. De las 116 muestras realizadas, 39 superan el nivel, algo que debería alertar a los ayuntamientos.
Quizás el dato más alarmante en la comarca ribereña es el de Villatuelda. El análisis de la muestra que se recogía el pasado 5 de abril ha dado como resultado una concentración de nitratos de 134,35 miligramos por litro cuando la concentración máxima establecida por ley es de 50.
Pero es que también en Pineda de Trasmonte el nivel es abusivo, un 81,4, bastante similar a los 79,78 que se han recogido en Fuentecén.
Aranda de Duero no se queda atrás en cuanto a superar los nitratos permitidos. Es verdad que las dos muestras se han recogido en el barrio Ferial Bañuelos, pero las dos dan niveles altos. 58,20 miligramos por litro había en el grifo de una vivienda de la calle Pio XII y 53,19 en otra de la calle San Francisco.
Muy cerca, en Campillo de Aranda, el nivel en nitratos recogido alcanza los 57,67, pero es que también hay 51,23 en Fuentelcésped y casi rozan el límite en Gumiel de Izán con 48,21.
En cambio, hay cuatro localidades en las que se ha podido analizar el agua y su calidad es buena: Olmedillo de Roa (44,21 y 13,51), Torresandino (32,68), Quintana del Pidio (14,62) y Quemada (5,21). También se ha analizado el agua de un grifo con filtro en San Martín de Rubiales y se han obtenido 6,4 miligramos de nitratos.
Hablemos de fuentes
En materia de fuentes el porcentaje de alto nivel de nitratos en la Ribera del Duero es aún mayor, porque el 100% de las fuentes analizadas superan el nivel permitido en la comarca. En el resto de la provincia ese porcentaje es de menos de la mitad, ya que se han encontrado altos niveles en el 41%. De las 83 fuentes analizadas, 34 superan los niveles.
Pineda de Trasmonte vuelve a estar en el listado, con 120, 67 miligramos por litro de nitratos en su fuente del Corcho. Y también vuelve a sumarse Villatuelda con 98,22 recogidos en su fuente de abajo. Coincide también Fuentelcésped con un registro de 78,21.
En cambio, hay localidades que cuando hablamos del agua del grifo están en la “lista blanca”, pero al referirnos a sus fuentes pasan a la “negra”. Tal es el caso de Olmedillo de Roa, donde su fuente derecha ha dado niveles de 106,62 y Torresandino, donde el nivel de nitratos de la fuente vieja ha sido de 66,77.
También se añade a este listado la localidad de Peñaranda de Duero, con 58,76 miligramos recogidos.
El estudio de la UBU recoge las analíticas de otro tipo de muestras. En el caso de la comarca ribereña, en Pineda Trasmonte las aguas de su río y su arroyo no son aptas para el consumo, con 65,44 miligramos en el caso del río y 79,97 en el caso del arroyo.
Las personas que han aportado las muestras y los ayuntamientos de las localidades correspondientes han sido informadas por los investigadores de los datos obtenidos. “Aunque las administraciones estaban al tanto de muchos de los datos, en numerosas localidades los residentes seguían consumiendo agua del grifo sin saber que no era apta para el consumo”, señala el doctor Saúl Vallejos, director del grupo de Polímeros, “Otros optaban por fuentes naturales, creyendo que el agua era de mejor calidad, sin percatarse de que los niveles de nitratos eran aún más altos en ellas”.
Los investigadores recomiendan evitar beber las aguas afectadas por niveles altos de nitratos. En cuanto a las autoridades competentes, se recomienda realizar contraanálisis para verificar los resultados, informar a la población y tomar las medidas que se consideren necesarias para paliar esta amenaza de la salud pública. Las contraindicaciones para la salud asociadas a su consumo incluyen efectos tóxicos a corto plazo para lactantes y mujeres embarazadas, como la metahemoglobinemia, y, a largo plazo, estudios indican un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal y de próstata.