El hospital Santos Reyes de Aranda de Duero se suma a los centros públicos en los que se pueden realizar interrupciones voluntarias de embarazo. Abortos que, hasta ahora para las mujeres ribereñas, tenían que ser derivados a clínicas privadas o a Burgos debido a que no existían ginecólogos dispuestos a realizar esa operación.
Hasta ahora, sólo Burgos y Miranda de Ebro ofrecían esta prestación en la red pública en toda Castilla y León. Una comunidad que logra ampliar su servicio en este ámbito con 58 médicos disponibles donde Burgos se convierte en la provincia más activa con tres centros públicos donde se realizan abortos. Se suma en las últimas semanas el hospital de Salamanca. El resto de la red lo componen tres centros privados en León, Valladolid y Salamanca.
Los 168 ginecólogos restantes que trabajan en el Servicio de Sanidad de Castilla y León alegan motivos de conciencia para no efectuar las interrupciones. Están en su derecho, algo que choca con otro, el de las mujeres que quieren abortar cuando se trata de embarazos no deseados o cuando suponen un riesgo para su vida o el feto.
Datos
De las 3.096 interrupciones voluntarias de embarazo que se realizaron en Castilla y León en 2023 han sido 440, el 14,21%, las que se realizaron en mujeres de la provincia de Burgos. Son 7 más en Burgos y 257 más en Castilla y León que en 2022.
Con respecto a las edades, en la provincia de Burgos hubo una interrupción en una menor de 15 años, 45 en jóvenes de entre 15 y 19 años, 106 entre 20 y 24 años, 84 entre 25 y 29 años, 90 entre 30 y 34 años, 83 entre 35 y 39 años, 31 entre 40 y 44 años. En 242 casos la mujer vivía en pareja, 92 con sus padres, mientras que 59 lo hacían solas.
Los motivos para tomar la decisión son personales, en un 94,31%. El resto es debido a riesgo de salud de la embarazas, o anomalías en el feto.