El Costumbrismo

Entre las sesiones plenarias eternas y las escasas soluciones

03/12/2024 6:00 | SUSANA GUTIÉRREZ

Cinco horas y media de pleno y prácticamente todos los asuntos pendientes. Efectividad plena, podría ser un titular irónico de la realidad (cruda) vivida en la noche del pasado jueves. En el hemiciclo pudimos observar, por un lado, una pinza política de presuntos enemigos íntimos. Partido Popular, Partido Socialista y Vox mostraron que tenían muy bien preparada la estrategia para tumbar las pretensiones del equipo de gobierno. Desde el primer momento se vio que todo aquello iba a caer en efecto dominó. Por otro lado, ese equipo de gobierno que no termina de asumir (ni empieza) que los números no le dan y está obligado a negociar, que no vale el imponer y que el recurso del pataleo no da resultado (ni de cara a la galería). 
Toda esa puesta en escena, aderezada por aspectos surrealistas que no se ajustan a lo que se presupone un escenario institucional. Se da importancia a que la oposición tome café en un establecimiento de la Plaza Mayor donde, se les acusa, de llegar a acuerdos para colocar la pinza en su sitio. Por otra parte, el concejal no adscrito portaba orgulloso una sudadera donde se podía leer ‘Puto Jeta’, el improperio mal sonante e inadecuado que le saltó en el pleno anterior el portavoz socialista. Una sudadera que parecía más idonea para una despedida de soltero o fiesta de quintos que para un lugar donde se presupone (solo se presupone) que se ha de mostrar un cierto respeto a los ciudadanos. Ni el insulto (evidentemente), ni la respuesta estilo chufla, están a la altura de las circunstancias. El problema es que ya se han llegado a normalizar estos comportamientos berlanguianos y, en ese momento anestesia, parece sólo una más que sumar a la lista. Todo ello amenizado con tensión y declaraciones cruzadas de miedo.
Mientras tanto, las futuras prórrogas del contrato de transporte urbano han quedado en el aire y el nuevo pliego del aseo urbano tendrá que esperar hasta la próxima sesión. La respuesta: no se tenían los votos suficientes. La solución: atar o negociar las cosas, para romper la pinza de amigos por conveniencia. Es cuestión de pragmatismo y descenso a la tierra. Por cierto, en las mociones (que tampoco salieron), algunos aspectos curiosos cuanto menos. No deja de sorprender que se quieran desconfidencializar comisiones informativas cuando se lleva un año y medio de cruzada en contra de lo que toda la vida han sido filtraciones y durante estos meses se han considerado como revelaciones de secretos y casi pecados. Se pasa de la nada al todo. Bienvenida las transparencias en comisiones, si es que alguna vez llega, si no las buscaremos (es nuestro trabajo).
En el pleno, además, se volvieron a poner sobre la mesa los eternos plazos que llevan las adjudicaciones de los nuevos contratos. El de transporte urbano con un año no se llega a tiempo porque hay que hacer un estudio de movilidad. El de basuras, en el plano más optimista y utópico, se estima que tardaría mínimo nueve meses una vez se apruebe el pliego. Con estas quinielas sobre la mesa, no hay quien se crea que una empresa municipal pueda estar lista de aquí a diez meses para prestar el servicio de mantenimiento de parques y jardines, y asumiendo a 30 trabajadores. Es un cuento que no compro, la verdad. A lo mejor, se lo piden a los Reyes Magos.